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"Supervisar no es suficiente. Tengo que hacerlo yo mismo"

A Xavier Dolan no le gusta ser el cineasta más amado y odiado del año. Las entrevistas tampoco. 2014 le ha traído mucho de ambas cosas

Shayne laverdière

Xavier Dolan canceló esta entrevista varias veces, la cambió de horario otras tantas y luego se negó a ser fotografiado por ICON. Nos encontramos en una cafetería del Viejo Puerto de Montreal, su ciudad natal. Mommy, su última película, ha sido un éxito de crítica y público allí donde se ha estrenado, ha recibido en Cannes el Premio del Jurado ex aequo con Jean-Luc Godard; y ha sido seleccionada para representar a Canadá como Película Extranjera en los próximos Óscar. Dolan aparece con mucha más ropa de la que pide el todavía templado otoño montrealense: abrigo, bufanda, vaqueros y una sudadera con la capucha puesta, que no se quitará en ningún momento durante el encuentro. A sus 25 años, cuenta en su haber con la dirección de cinco filmes (casi a uno por año desde los 19), una carrera como actor que comenzó a los cuatro, y con una seguridad sobre su talento a prueba de balas. Habla pausado, mide las palabras que utiliza y mantiene una actitud un tanto defensiva todo el tiempo.

Dirige, actúa, edita, se encarga del vestuario y hasta crea los subtítulos en inglés de sus películas ¿Es un hombre de muchos talentos o un controlador?

Algo entre los dos, me imagino. El cine no es un arte como otros, sino más bien la suma de muchos. Es pintura, arquitectura, fotografía, música… Ser director de cine es hacer una película y para hacer una película hace falta supervisar los diferentes departamentos que combinados conforman un filme. Algunos directores solo supervisan, pero yo creo que a veces supervisar no es suficiente. Tengo que hacerlo yo mismo, porque tengo una visión y debo seguirla.

Teniendo una visión tan clara de lo que quiere, ¿no se hace difícil trabajar con usted?

No. Aunque quizá esté preguntando a la persona equivocada. Con algunas personas llevo trabajando mucho tiempo y lo pasamos muy bien. Tengo una visión clara, pero no una idea precisa. Entre todos, en el plató, ponemos en común nuestras ideas.

De entre todos los detalles de los que se ocupa, parece que la música y el vestuario tienen especial relevancia…

Algunos directores solo supervisan, pero yo creo que a veces supervisar no es suficiente. Tengo que hacerlo yo mismo Sobre su tendencia a hacer él mismo el vestuario de su cine o incluso traducir los subtítulos al inglés

Sí, pero son dos cosas muy diferentes. El vestuario es muy importante para mí porque es el departamento más determinado por los personajes. Hay actores geniales que son geniales. Pero incluso antes de abrir la boca, antes de que se vuelvan hacia la cámara, el vestuario ha hablado por ellos. Un director que ve el vestuario como un trabajo de chicas no se entera de nada.

En relación a la música, en sus películas hay momentos que podrían pasar por videoclips. ¿Diría que en su trabajo hay cierta influencia este género audiovisual?

No. En una película hay momentos de narración y momentos en los que se respira. Las películas respiran en esos momentos musicales.

En casi todas las entrevistas que concede sale a relucir su admiración por Titanic. Sus referencias vienen de la cultura popular, de lo comercial, pero, en cambio, sus películas son  de autor. ¿Puede lo alternativo nacer de lo popular?

Obviamente. Ha habido, en las dos últimas décadas, una forma de taxonomizar el cine en dos amplias categorías: películas independientes y películas comerciales. Pero para mí, y teniendo en cuenta que yo crecí en una cultura comercial, hay dos tipos de películas: buenas y malas. Si un filme ofrece una buena actuación, una buena dirección y una buena historia, es bueno. Algunas películas son muy impresionantes por otras razones. Pero para mí no hay diferencias entre Kramer contra Kramer, Titanic o Gritos y susurros. Titanic sabe lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. Yo lo que admiro es el equilibrio, el gusto. Admiro lo que es valiente y novedoso, cuando funciona.

En Mommy vuelve a cuestionar la figura de la madre, como ya había hecho en Yo maté a mi madre. En ambos casos, las madres se dedican a la crianza en soledad y aunque sufren, también parece que son culpables de los problemas de sus hijos.

Las madres nunca son culpables de los problemas de sus hijos. Esa es una forma de pensar muy machista. He leído algunos artículos sobre Mommy que la describen como una película sobre un chico que hace lo que le da la gana, al que nunca le dijeron “no” y que es simplemente un maleducado. Mommy es una película sobre enfermedades mentales. Un niñato no trata de matarte. No roba cosas o al menos no las roba pensando que está bien. No trata de matar de matar gente en un bar. No se pone violento sin ni siquiera darse cuenta de que está siendo así de violento. Un niñato es una cosa y un niño enfermo, otra.

En las dos últimas décadas, el cine se ha dividido en dos amplias categorías: películas independientes o comerciales. Para mí hay dos tipos de películas: buenas y malas Sobre Titanic como improbable fuente de inspiración

¿Por qué está tan interesado en chicos problemáticos?

Siempre he estado interesado en la gente que es diferente. Creo que la diferencia es el principio de todo en la sociedad. Estoy interesado en la gente que es diferente, la que gente que es un poco diferente o la gente que es muy diferente. Estoy muy interesado en cómo reaccionan otros personajes ante estos temperamentos.

Le interesa la gente que es diferente, pero reniega de la etiqueta de cine queer, pese a que prácticamente todas tus películas tratan el tema de la homosexualidad…

No quiero hablar de eso.

Pese a que algunas de sus películas tienen un fuerte contenido político o social, evita las conversaciones sobre el tema.

Yo no he evitado nunca una conversación. Simplemente no pienso en ser político. Si quisiera hacer una película con un mensaje político, sería probablemente una mala película. No hago películas con  intención de ser controvertido. Hago películas con la idea de contar una historia. Si quieres hacer pensar a la gente, bien. Pero esta es la forma que yo tengo de escribir: la vida no es un camino de rosas, es complicada, la gente no acepta a todo el mundo y no es buena con todo el mundo. Mis películas no son acerca de ser homosexual o ser diferente, son acerca de ser tú mismo.

Hasta ahora había trabajado siempre en la provincia de Quebec, en francés y prácticamente con los mismos actores. El próximo año, empezará a rodar su primera película en inglés, en EE UU y con Jessica Chastain ¿Era hora de ponerse retos?

He leído artículos que describen 'Mommy' como una película sobre un niñato al que nunca le dijeron “no” y que es simplemente un maleducado, cuando es una película sobre enfermedades mentales. Un niñato no trata de matarte Sobre la recepción de su aclamada Mommy

No es hora de ponerme nada. Hacer una película en inglés no lo es todo. No es el último objetivo de mi vida. Mi objetivo es contar historias que hagan reír, llorar, pensar a a la gente, pero lo primero es trabajar con actores. Ese es mi sueño. Actores de todo el mundo. Sueño con trabajar con Kate Winslet, pero también sueño con volver a trabajar con Anne Dorval. Hay cientos de actores con los que me gustaría trabajar. Y me pregunto, ¿podré hacer tantas películas para trabajar con toda esta gente? No es que me vaya a mudar a EE UU y vaya a hacer películas allí el resto de mi vida. Lo que pasa es que mi próxima historia ocurre en un entorno puramente angloparlante, como el del mundo del espectáuclo, y por eso, lógicamente, tiene lugar en Nueva York, en Los Ángeles, en Hollywood.

¿Está cansado de que te llamen un niño prodigio?

No estoy cansado de que me lo llamen, entiendo que me lo llamen, soy joven. Pero estoy cansado de que me hagan preguntas sobre ello. ¿Qué puedo decir? Nada. Es adulador, pero no sé qué más decir sobre esto.

¿Y no tiene miedo a convertirse en un imbécil, en alguien completamente desconectado de la realidad, por todo este éxito tan temprano?

No creo que dada mi naturaleza pueda llegar a estar completamente desconectado de la realidad.

Pero por ejemplo, me imagino que ya no coge el metro…

No, ya no cojo nunca el metro

A eso me refiero. ¿No le preocupa que el haberse distanciado desde una edad tan temprana de prácticas habituales para el resto de jóvenes de tu edad afecte a sus historias?

Mira, viví en la realidad durante los primeros 19 años de mi vida. 19 años mirando a la gente, estudiando todas sus acciones, todos sus movimientos, cómo parpadean, cómo sonríen, cómo lloran, cómo gritan, como reaccionan al amor… 19 años de eso es suficiente para una vida entera de creación. No significa que no vivo en la realidad. Significa que no vivo en un tipo de realidad.

¿Y no le asusta?

A veces. Pero no puedo pensar en esto durante mucho tiempo. Me pone nervioso. No lo puedo cambiar, y con el tiempo se va a agravar. Lo cierto es que no tengo un interés especial en coger el metro, pero sí que he empezado a notar, cuando voy a restaurantes a comer o a cenar, que la gente me reconoce. De momento no me impide hacer vida social y espero que siga siendo así.

He oído que quería volver a estudiar y vivir como una persona normal de 25 años.

Viví en la realidad durante los primeros 19 años de mi vida. 19 años mirando a la gente, estudiando todas sus acciones. 19 años de eso es suficiente para una vida entera de creación Sobre el riesgo de que la fama le impida tener los pies en el suelo

Esto es algo que nos pasa a la mayoría de los actores que empezamos de niños. Llegamos a un momento en nuestras vidas en el que echamos de menos sentimientos y situaciones, o ideas sobre sentimientos y situaciones. El único problema es que no nos damos cuenta de que no podemos vivir estas cosas como los otros. Pero nos encantaría vivir estas cosas como los otros. Tenemos una idea de cómo es la vida universitaria, una idea de lo que es emborracharse en un bar, de lo que es estudiar hasta las cuatro de la mañana. Pero la verdad es que cuando estas ideas se encuentran con nuestra vida, nos damos cuenta de lo inocentes que hemos sido.

¿Cómo es evolucionar y crecer delante de la cámara? ¿Qué piensa cuando ve las entrevistas que concedió tras el estreno de Yo maté a mi madre?

Es insoportable. Lo odio. Me odio a mí mismo. Odio especialmente mis estúpidas gafas. No entiendo qué me pasó por la cabeza cuando decidí llevarlas. ¿Has visto esas gafas? Y el pelo era horrible. ¡Todo era horrible!

El tener cierto estatus de poder, ¿cómo ha afectado a tus relaciones personales?

Lo que usted llama poder yo lo llamo debilidad. El reconocimiento y el empezar a ser conocido lo ha corrompido todo.

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