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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Error de Greenpeace

Duras críticas a la organización ecologista por haber utilizado y dañado las Líneas de Nazca para llamar la atención

SOLEDAD CALÉS

Tenemos buenas razones para sentirnos concernidos por la amenaza que para el futuro de todos supone el cambio climático, pero esta preocupación no debería ser incompatible con el respeto por los vestigios del pasado. No hay disculpa para el hecho de que los activistas de Greenpeace considerasen que la mejor plataforma para enviar su mensaje a los mandatarios reunidos en la cumbre del clima de Lima era dejarlo escrito en las llamadas Líneas de Nazca, unos misteriosos geoglifos realizados hace más de 2.000 años en una zona desértica del sur de Perú. Es una falta de sensibilidad por el patrimonio histórico, incomprensible en quienes dicen estar tan preocupados por el patrimonio ambiental.

“Time for change. The future is renewable. Greenpeace”, dice el mensaje. La frase fue colocada en moldes de tela, en la madrugada del lunes, cerca del pico de la figura del colibrí. Como en todas las acciones de Greenpeace, el objetivo era lograr una imagen con gancho para que el mensaje pudiera dar la vuelta al mundo. El problema es que el medio no era el más adecuado: el lugar, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, es muy frágil, y su preservación exige evitar incursiones como esa.

Efectivamente, la organización ha vuelto a llamar la atención, pero no tanto por el mensaje como por el error que supone y que ha motivado las quejas del ministerio de Cultura de Perú. Claro que hay que ver cómo se cambian las políticas que han contribuido al cambio climático y que lo ideal sería dibujar un futuro de energías renovables; pero también ha llegado la hora de que Greenpeace haga autocrítica y reconozca que, al menos en esta ocasión, ha mostrado una gran falta de sensibilidad.

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Así lo ha hecho, finalmente, a la vista del revuelo armado en Perú. “Greenpeace está profundamente preocupado por cualquier ofensa moral que se haya podido hacer al pueblo peruano”. Aseguran que en más de 40 años de activismo pacífico han sido siempre “respetuosos con los pueblos del mundo y su diverso legado cultural”. Y ofrecen disculpas a los que se hayan sentido “moralmente afectados”. Bien está. Y mejor estará que no lo olviden en acciones futuras si no quiere perder el capital acumulado.

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