Exorcismos
La divulgación de que una joven ha sido sometida a 13 sesiones de exorcismo en Valladolid me ha retrotraído a los tiempos oscuros y fanáticos de la Santa Inquisición. Ignoraba que hoy siguieran existiendo tales ritos. No sé si las sesiones han tenido el efecto buscado y han conseguido expulsar al diablo de su cuerpo, pero parece ser que los únicos demonios de esta mujer, según la prensa, son algunos problemas de inestabilidad emocional derivados de su anorexia y que han estado a punto de desencadenar una tragedia por no ser tratados en el lugar y tiempo oportuno.
El exotismo de la noticia no puede hacernos olvidar su cara más cercana y despiadada. Pero en un país como el nuestro, donde siempre ha habido sobreabundancia de demonios, no estaría de más utilizar el exorcismo para ver si conseguimos, por fin, limpiarlo de tanto corrupto y tanto ladrón que se han llevado nuestros dineros y que devuelvan hasta el último céntimo de lo robado y sustraído.
Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, podríamos utilizar esta misma terapia para desendemoniar a otros tantos cargos públicos aficionados siempre a la mentira continuada y la demagogia. Ya va siendo hora que ni una mentira más les salga gratis. No perdamos ocasión de desterrar para siempre a esos demonios ancestrales y convirtamos este país paralizado en un país dinámico, menos desigual y más rico en su pluralidad.— José Ramón García Castaño.