La ruina del Nobel que descubrió la doble hélice (y otros premiados)
James Watson intenta subastar su prestigiosa medalla después de que sus ideas racistas le hayan hundido. No es el primer Nobel al que le ocurre algo así
Alfred Nobel murió increíblemente rico aunque también preocupado por cómo le juzgaría la sociedad futura. El ingeniero y químico sueco había sido un maestro de los explosivos. Cuando su hermano Ludvig falleció en 1888, un periódico francés se confundió pensando que había sido Alfred el muerto y publicó un obituario nada elogioso titulado El mercader de la muerte ha muerto. Se supone que ese fue el momento en el que comenzó una reflexión que le llevaría a crear los premios por los que hoy en día se le recuerda. Su intención era destacar la labor de aquellos que hicieran los mayores avances en física, química, medicina, literatura y paz.
Gente como James Watson, a quien se atribuye –junto a Francis Crick y Maurice Wilkins y el olvido de Rosalind Franklin mediante– el descrubirmiento de la doble hélice del ADN. Él recibió el Nobel en 1962 y acabó impartiendo clases en Harvard; publicando, ya en 2007, la secuencia completa de su genomina y, desde hace pocos días, subastando en Christie's la madella Nobel para volver a la vida pública tras llevar años, en sus propias palabras, "marginado". Resulta que justo en 2007 el genetista habló con el Sunday Tines y, como un xenófobo, declaró que las políticas sociales hacía Africa “están basadas que la inteligencia de los negros es la misma que la de los blancos, mientras todas las pruebas muestran que no es realmente así”. Marginado y maldito, ha sido el primer científico que vende su obra en vida. La medalla fue a parar a un milmillonario ruso, que la compró con el único objetivo de devolvérsela.
El acontecimiento tiene el triste honor de coincidir en el tiempo con la entrega de los galardones, recordando así el peligro de encumbrar el intelecto de las personas: que no siempre convive en en la cabeza con una moralidad que esté a la altura. Estos ejemplos lo recuerdan:
Santiago Ramón y Cajal, primer Nobel español: "La mujer adora el privilegio, siente poco la justicia y suele ser indiferente a toda obra de progreso"
El español que mejor retrató las neuronas recibió el Premio Nobel de Medicina en 1906, y se le puede atribuir el nacimiento de la neurociencia. Pero, según muchas fuentes, era algo machista. Véanse citas como “la mujer es más feliz que el hombre: vive más, no tiene cuidados, descansa en la fé, no ha leído a Kant, ni a Darwin, ni a Krause, ni a Schopenhauer y mira su muerte como una resurrección” o “la mujer ama la tradición, adora el privilegio, siente poco la justicia y suele ser indiferente a toda obra de renovación y de progreso”, acreditan su pensamiento. Algunos lo explican como propio de su época, pero en sus escritos tilda a la esposa como un mal necesario”.
Richard Kuhn, Nobel de química: ayudó a sintentizar las vitaminas y, también, al III Reich
Kuhn nació en Viena cuando aún era la capital del Imperio Austrohúngaro. Se doctoró en 1922 en la Universidad de Munich y acabó como director en el instituto Kaiser Wilhelm de Investigación Médica en Heidelberg, donde le pilló la llegada del Tercer Reich en 1933. Durante los años de Hitler, además de trabajar en la sintetización de carotenoides y vitaminas, por la que ganó un Nobel en 1938, cooperó activamente con el régimen nazi. Llegó a denunciar a tres compañeros judios, fue definido por la Gestapo como leal al régimen y participó en el desarrollo de armas químicas para la guerra.
William Shockley, Nobel en Física y convencido de que raza blanca era biológicamente superior
El estadounidense William Shockley ganó el Nobel en 1956, junto a John Bardeen y Walter Houser Brattain, por sus investigaciones sobre semiconductores y el transistor. Pero Shockley además estaba convencido de la superioridad de la raza blanca sobre el resto y creía que debía ser mejorada mediante el uso de la biología. Él mismo se definía como raciólogo. Por ello casó como un guante en el fallido proyecto del millonario Robert K. Graham Repository for Germinal Choice, un banco de esperma que. entre 1980 y 1999, solo aceptaba donaciones de ganadores del premio.
Lech Walesa, Nobel de la Paz: "Los gais son una minoría y deben acostumbrarse a no alcanzar grandes alturas"
Walesa tiene un currículo largo. Trabajador del astillero Lenin, en Gdańsk; cofundador de Solidaridad, el primer sindicato libre del bloque del este; Nobel de la Paz en 1983; presidente de Polonia entre 1990 y 1995... Pero también un ferviente católico que en 2013, en una entrevista con la televisión privada TVN, aseguró que los gais no deberían poder sentarse en los bancos frontales del parlamento sino en las últimas filas o incluso “detrás de un muro”. ¿El motivo? “Son una minoría y deben acostumbrarse a las cosas pequeñas y no intentar alcanzar grandes alturas”. Cuando le pidieron una disculpa, se negó asegurando además que la mayor parte de la gente piensa como él.
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