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El chagas se combate desde el México rural

Dos pueblos de Oaxaca son pioneros en la implantación del diagnóstico y tratamiento de la enfermedad en la sanidad pública

Vídeo: Médicos sin Fronteras
Lola Hierro

Oaxaca es uno de los ocho Estados de México en los que se han diagnosticado más del 69% de los casos en todo el país del mal de chagas, una patología endémica en 21 países de América Latina producida por el parásito Trypanosoma cruzi que transmiten insectos como los chinches. Pero a los oaxaqueños, y en concreto a los habitantes de San Pedro Pochutla y Mazunte, se les abre ahora una puerta que para otros mexicanos continúa cerrada: desde el 1 de octubre tienen acceso al diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad en los centros de salud del distrito. "Nuestro objetivo es que en un futuro próximo, las más de 1,1 millones personas que se estima pueden estar infectadas en México, sean diagnosticadas y tratadas de forma correcta", asegura Marc Bosch, coordinador general de Médicos sin Fronteras (MSF) en México.

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Estos dos pueblos costeros, a solo 22 kilómetros de distancia el uno del otro y que no suman entre ambos más de 44.000 personas —en Mazunte solo son 700, casi todas, indígenas— han sido los elegidos por el sistema de salud mexicano y MSF para implementar un plan de atención integral en la atención primaria que, si funciona con éxito, se exportará al resto de Estados. "Es un sitio con una prevalencia de la enfermedad conocida y con una buena organización sanitaria, por eso se eligió", aclara Carina Perotti, coordinadora médica de MSF.

El chagas es una enfermedad invisible porque en siete de cada 10 casos nunca se manifiesta ya que sus síntomas (problemas digestivos y cardíacos) se confunden fácilmente con otros males. Por eso es muy difícil saber su alcance real, el número de personas a las que ha afectado y cuántas han muerto por su causa; incluso muchos enfermos conviven con el parásito toda su vida y éste nunca se manifiesta. Aún así, se estima que tan solo en América Latina, unos 100 millones de personas están en riesgo de infectarse y solo el 1% de los contagiados reciben tratamiento.

En México, el sistema de salud público reportó 371 muertes por chagas entre los años 2000 y 2012, pero otros estudios del Instituto Nacional de Salud Pública estiman que hasta 15.000 personas podrían morir al año por esta enfermedad, una de las 17 menos atendidas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Los datos de mortalidad y morbilidad no son fiables porque en muchos casos nunca se diagnóstica la enfermedad, los pacientes se mueren sin saber que padecían chagas", explica Perotti.

Un niño se tapa los ojos mientras una enfermera le pincha un dedo para hacerle la prueba del chagas.
Un niño se tapa los ojos mientras una enfermera le pincha un dedo para hacerle la prueba del chagas.Consuelo Pagaza

Oaxaca es el tercer Estado de México con más afectados después de Veracruz y Morelos: entre 2000 y 2014 se reportaron 6.900 casos, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica, y se calcula que entre el 4% y el 12% de su población podría estar contagiada. La gran diferencia entre porcentajes es la naturaleza de los estudios: el 4% lo da el Centro Nacional de Transfusión Sanguínea tras hacer una encuesta entre 2010 y 2013: el 4% de sus donantes dieron positivo en la enfermedad. Luego, instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) elevan ese porcentaje hasta el 20%, aunque siempre se refieren a estimaciones.Los donantes del Banco de Sangre suelen ser población urbana, mientras que el estudio de la UNAM incide más en poblaciones rurales; por ahí podría venir la diferencia", indica Perotti.

La reciente confirmación de la efectividad de las pruebas de diagnóstico rápido ha facilitado la detección del chagas en zonas rurales y de difícil acceso porque no requieren un análisis de sangre en un laboratorio y permiten, por tanto, reducir los tiempos de espera para el diagnóstico y posterior tratamiento. El estudio de un equipo de Médicos sin Fronteras y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y publicado este año en la revista médica Journal of Clinical Microbiology, demostró que seis de las 11 pruebas rápidas que existen son efectivas, independientemente del lugar del mundo donde se realicen.

La aplicación de estas pruebas rápidas y la llegada de la primera dotación de medicamentos para tratar la enfermedad a este rincón del Estado de Oaxaca ha permitido comenzar el tratamiento de los primeros pacientes que dieron positivo en los 1.500 test que se han hecho hasta el momento. Pacientes como Ubaldo Mendoza, de 18 años y vecino de la cercana localidad de Puerto Ángel, que ha sido el primero en recibir atención especializada. "La doctora va a comprobar mi estado de salid cada semana para ver cómo está funcionando el tratamiento", explica el chico, que asegura sentirse bien. Ubaldo no tiene miedo porque le han explicado que, después de los 60 días que dura el tratamiento, su salud mejorará. "Podrá seguir estudiando", afirma Perotti.

Una cura que no llega del todo

La enfermedad de chagas es una infección parasitaria, sistémica, crónica, transmitida por alguna de las siguientes formas: la vectorial (por medio de la picadura de insectos como chinches contaminadas por el parásito), la transfusional (de sangre y hemoderivados), la congénita (madre-hijo) y la oral (alimentos contaminados). Entre el 30% y 40% de los infectados progresan a la etapa crónica de la enfermedad y en un periodo de entre 5 a 20 años después de haber adquirido la infección.

Actualmente no hay una cura definitiva para esta enfermedad, y solo existe un tratamiento para aminorar los efectos mediante dos medicamentos llamados Nifurtimox y Benznidazol. No obstante, diversos estudios han observado que sí es posible superarla por completo cuanto menor de edad es el paciente. "Es mucho más fácil la curación en recién nacidos y niños; se ha demostrado que dejan de tener la enfermedad, así que es cuando más se recomienda el tratamiento", explica Carina Perotti, coordinadora de MSF en México. "En personas mayores —prosigue—, se aconseja seguirlo también porque diversos estudios han demostrado que sí disminuyen las complicaciones a nivel cardíaco y digestivo".

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Sobre la firma

Lola Hierro
Periodista de la sección de Internacional, está especializada en migraciones, derechos humanos y desarrollo. Trabaja en EL PAÍS desde 2013 y ha desempeñado la mayor parte de su trabajo en África subsahariana. Sus reportajes han recibido diversos galardones y es autora del libro ‘El tiempo detenido y otras historias de África’.

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