Emprender oposiciones

Tras obtener la licenciatura en Física, decidí hacerme emprendedor. Y lo que emprendí entonces fue la ardua tarea de preparar unas oposiciones durante seis meses, superar el correspondiente examen de ámbito nacional, formarme durante tres años y obtener finalmente el título de especialista en Radiofísica Hospitalaria. Entre otras muchas cosas, los facultativos como yo nos encargamos de planificar los tratamientos de radioterapia para los enfermos de cáncer en los hospitales.

Durante los dos años que llevo inscrito en la bolsa de trabajo gestionada por la Generalitat Valenciana, únicamente he sido requerido para realizar una sustitución de ¡tres días! Sinsentidos como éste son consecuencia directa del desmesurado dispendio de épocas pasadas, cuando lo prioritario era traer al Papa, dejar que los bólidos de la fórmula 1 se adueñasen de las calles de Valencia o construir aeropuertos sin aviones, entre otros desmanes. Mientras unos cometían estas tropelías, otros nos dedicábamos a prepararnos y formarnos concienzudamente. Ahora, cuando deberíamos estar recogiendo los frutos de todo ese trabajo, lo que en realidad padecemos es la alarmante precariedad laboral auspiciada por unas instituciones instaladas en la más exasperante indolencia. Resulta poco arriesgado, pues, augurar el nacimiento de un nuevo colectivo social: el de los “emperdedores”, esencialmente distinto al de los emprendedores, colectivo puesto de moda últimamente por los voceros gubernamentales con el fin de soterrar el deliberado abandono de un sector sanitario público herido de muerte.— Miguel Maravilla Limorte.