¿China o Alemania?
Vamos camino de ser competitivos con China a base de bajos salarios, flexi-seguridad, facilidad y abaratamiento del despido y demás logros de este Gobierno, aunque probablemente sea difícil igualar a esa nación que nos lleva muchos años de adelanto en el empeño y, además, el conseguirlo solo nos llevaría a estar como ellos. Ahora se trataría de intentar ser competitivos con Alemania: invertir en formación, en I+D+i, crear puestos de trabajo dignos y bien pagados, sacar a escena la inventiva que llevamos dentro de forma que nuestros productos puedan ser tan buenos o mejores que los suyos, actuar con paciencia y visión de futuro y no acuciados por la inmediatez de unas elecciones o la cicatería de una ideología desfasada. Eso sí sería un reto susceptible de emocionar e implicar al personal, y, por otra parte, podríamos mostrar a esos orgullosos teutones que el sur no solo existe, sino que puede ser eficiente y eficaz amén de tener mejor clima, y no te digo si hablamos de la comida. Que nos envidien en lugar de mirarnos con condescendencia. No seamos pacatos, pensemos en grande.— Francisco Ponce Moreno.
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