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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Apple tropieza con la nube

El reciente robo de imágenes ha puesto de manifiesto que iCloud no es un lugar seguro para las intimidades de nadie

SOLEDAD CALÉS

Justo unos días antes de la fecha elegida para presentar una nueva tanda de novedades, la compañía Apple ha sufrido un tropiezo en su sistema de seguridad que está afectando gravemente a su imagen y ya le ha costado una pérdida de valor bursátil de 25.000 millones de dólares. El incidente ha puesto de manifiesto de la forma más estridente posible que la nube no es un lugar seguro para las intimidades de nadie.

Un centenar de actrices y modelos han visto de repente circular por la red fotografías y vídeos que creían a buen resguardo. Las imágenes fueron robadas de iCloud, el servicio que permite a los usuarios de Apple almacenar contenidos y acceder a ellos desde cualquier dispositivo que lleve el icono de la manzana mordida. El FBI está investigando el asunto, pero de momento no ha descubierto a los autores del robo. Lo que sí se ha podido averiguar es que ha sido un asalto en grupo y desde distintos puntos. Los hackers entraron con el nombre de usuario, las contraseñas y las preguntas de seguridad de las propias artistas. ¿Cómo los obtuvieron? Ese sigue siendo el gran misterio.

En cualquier caso, la noticia ha tenido efectos demoledores para la firma, que se ha visto obligada a reforzar la seguridad. Pero poner nuevas barreras es un camino que parece no tener final.

Algunos grandes operadores ofrecen ya un sistema de doble contraseña: una vez introducida la clave, el operador envía otra al móvil del usuario que solo puede ser utilizada durante un tiempo limitado. Esto refuerza la seguridad, pero hace mucho más engorrosa la gestión de los archivos.

Muchos países han endurecido en los últimos años las penas por atentar contra la intimidad. El hacker Christopher Cheney fue condenado hace poco a 10 años de cárcel por divulgar fotos de la actriz Scarlett Johansson, a cuyos ordenadores había logrado acceder.

Pero tampoco esta amenaza parece disuadir a quienes comercian en mercados que no destacan precisamente por sus escrúpulos morales, como ha podido comprobar Jennifer Lawrence. Cuando la actriz se ha dirigido a una página web pornográfica para que retire los desnudos que le fueron robados de iCloud, sus gestores se han negado a hacerlo retándola a que demuestre que posee los derechos de autor. Ese es el mundo que hay debajo de la nube con la que Apple acaba de tropezar.

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