¡Una de langosta azul!
Un pescador y su hija descubren el curioso ejemplar, de los que hay uno entre dos millones
Una entre dos millones. Así de baja es la probabilidad de encontrar un bogavante americano, también conocido como langosta de Maine, de color azul. Pero existen. Un pescador de ese Estado del noreste de EE UU y su hija descubrieron un ejemplar del extraño crustáceo el pasado sábado. Skyler, que así le ha llamado la niña, es azul por un defecto genético. Produce en exceso una proteína que le confiere ese color. Esta imperfección y el hecho de ser un animal muy difícil de encontrar le han salvado de pasar por la cazuela. Ahora vive en el acuario estatal, donde hace compañía a otros tres bogavantes azules y a otro extraño ejemplar de color naranja. Un entorno donde se sentirá menos rara.
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