Un alijo inquietante

El descubrimiento de un alijo de 127 kilos de cocaína en un pañol del buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano no puede despacharse sin más como un incidente menor o presumir que se trata de un caso insólito e irrepetible. De entrada, el tráfico de droga en unidades de cualquier rama del Ejército ya es de por sí preocupante, porque delata que las instituciones armadas también pueden contaminarse por las redes del narcotráfico. Y no precisamente con conexiones menores. Tras marineros del Juan Sebastián Elcano fueron detenidos, incluso antes de descubrirse el alijo, supuestamente por haber vendido 20 kilos de cocaína a narcotraficantes neoyorquinos; una droga que habrían cargado durante la escala del navío en Cartagena de Indias (Colombia).

El caso del Juan Sebastián Elcano produce todo tipo de inquietudes debido a ciertos indicios de que puede ser la punta del iceberg de una red de narcotráfico estructurada. Para empezar, lo más probable es que no se trate de la primera operación de este tipo que se ha perpetrado en el buque; la cantidad de droga descubierta alimenta la sospecha de que el navío, todo un emblema de la Marina española, se ha usado en otras ocasiones para transportar y vender cocaína en puertos donde hace escala.

Asimismo, la intervención activa del Departamento de Investigación y Seguridad de Estados Unidos, la institución que informó a la policía española, y el tiempo empleado en las investigaciones conjuntas con la policía española (unos seis meses) también parecen sugerir que la operación descubierta puede formar parte de una red de cierta importancia. Y las cantidades percibidas por los marineros detenidos (5.000 dólares —unos 3.800 euros— por kilo transportado) muestran una cierta veteranía en el tráfico. Además, hay motivos para temer que en este episodio estén implicadas más personas que los tres detenidos en Galicia.

En todo caso, el mejor procedimiento para combatir las especulaciones y descartar los temores sobre el alcance y extensión del tráfico de drogas en el Elcano consiste en investigar a fondo el caso, que en España está siguiendo con ahínco la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La cooperación de las autoridades estadounidenses y colombianas es esencial para el éxito de la operación.

Una investigación en profundidad, justificada también por el hecho de que España es uno de los principales lugares de paso de la droga entre América y Europa, implica necesariamente que las autoridades españolas, las militares en primer lugar, no minimicen la importancia del caso. El Gobierno está obligado a poner todos los medios necesarios para que los trabajos concluyan con éxito y pueda determinarse con exactitud, y sin lugar a dudas, el perímetro de la red implicada en el narcotráfico. La investigación y las sanciones correspondientes deberían tener carácter disuasorio inequívoco.