Paraguay: cuando resistir es rentable
Último capítulo del reportaje"Paraguay"que hemos publicado a lo largo de la semana. PorLaura Hurtado(@laurtado).
Manduvirá. por Pablo Tosco/@OxfamIntermon
Manduvirá es el nombre de una planta muy resistente, que no solo sobrevive varios meses bajo el agua sino que sale reforzada después de permanecer inundada. Manduvirá también es el nombre de una cooperativa de productores de caña de azúcar de Paraguay que han demostrado que resistir al modelo agroexportador basado en la soja es posible y sobre todo rentable.
Ubicada en el distrito de Arroyos y Esteros (a una hora de Asunción), esta cooperativa, formada por 1.750 socios, exporta azúcar de caña orgánico y de comercio justo a casi 20 países en todo el mundo. Sus miembros también producen ajonjolí, algodón orgánico, stevia, frutas y verduras frescas para el autoconsumo y el mercado local y nacional. Y acaban de inaugurar su propia fábrica gracias a la cual pueden procesar su producción, generar más trabajo y aumentar de forma exponencial sus beneficios.
Su gerente, Andrés González, explica cómo han hecho esta “revolución dulce” de forma pausada y tranquila: “Los pequeños productores de caña de azúcar de esta región producíamos para un empresario local que nos pagaba lo que quería hasta que, en 2003, decidimos organizarnos y exigir un precio mejor. Aguantamos 3 semanas en huelga. Fue duro pero lo conseguimos. De los primeros 500 “rebeldes” que nos plantamos ese día ahora ya somos casi 2.000. En 2004, logramos la certificación orgánica y en 2005 alquilamos una fábrica y empezamos a exportar directamente a nuestros compradores internacionales. Nuestra producción aumentó hasta el punto de convertirnos en los líderes mundiales en exportación de azúcar de caña orgánico y de comercio justo. Además, pagamos el mejor precio de Paraguay, más incluso que las grandes empresas como la Azucarera Paraguaya. En 2008 decidimos construir nuestra propia fábrica. Hemos tardado dos años pero ya es una realidad. Ahora podemos producir entre 15.000 y 20.000 toneladas al año (frente a las 5.000 de antes) y generar 200 puestos de trabajo, especialmente para los más jóvenes, garantizando que no se van a la ciudad”.
Durante todo su relato, Andrés habla de los “profetas del desaliento”, esas personas que ante cada nuevo reto les decían: “Estáis pidiendo la luna”, “Lo que queréis es imposible”, “Es muy arriesgado, lo vais a perder todo”. Por suerte, los socios y las socias de Manduvirá han seguido siempre adelante, convencidos de que su apuesta tenía futuro.
También ha sido clave la perseverancia, tal como resume Andrés: “Antes todo el mundo compraba pan blanco y ahora en los restaurantes ya te sirven pan integral. Con el azúcar puede que pase lo mismo. Algún día la gente empezará a consumir azúcar orgánico. Es cuestión de tiempo. Igual que los sueños, también requieren su tiempo. Conseguirlos es lento pero eso es bueno porque cuando se cumplen, perduran”.
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