Persecución del colectivismo
Muchos de nosotros, cuando vemos que las cosas van mal, tendemos a estar más unidos, conscientes de que juntos somos más fuertes, y aflora, o al menos yo lo percibo así, un movimiento de solidaridad y un espíritu de cooperación. Muestra de ello es la aparición con fuerza de financiaciones colectivas, plataformas para compartir transporte o grupos donde los propios ciudadanos quieren tomar las riendas de su futuro. Todas estas iniciativas parecen provocar urticaria a algunos. No interesan personas que se pregunten el porqué de las cosas, que tengan la certeza de que, junto a otros como él, pueden cambiar lo que no les gusta. Supone una seria amenaza para ellos.
No hay conducta más humana que la de compartir, la de ayudarnos los unos a los otros. Solo el hecho de tener que reivindicar esto es lamentable. Si la corrupción, la falta de transparencia, etcétera, les hacía principales sospechosos, esta persecución del colectivismo y el cooperativismo les retrata como culpables. Su condena: que nos estamos dando cuenta de que juntos, podemos.— David Añó Martín.
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