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Bombillas que duran 100 años

Empresarios españoles desarrollan una variedad eléctrica que prolonga su vida útil

Livermore es una pequeña ciudad estadounidense del estado de California eclipsada por el entorno de la bahía de San Francisco que, sin embargo, brilla con luz propia. Literalmente. El hangar número 6 de la estación local de bomberos acoge desde su instalación en 1901 la bombilla eléctrica encendida más antigua del mundo. 113 años suministrando luz ininterrumpidamente, cortes de luz o baja tensión mediantes, que la han convertido en un símbolo y en uno de los principales motivos de orgullo para la comunidad.

Benito Muros, empresario afincado en Barcelona, dio con dicha bombilla durante un viaje en 1999 y quedó prendado de su longevidad. Tanto es así que decidió emularla fabricando un modelo de bombillas que tratase de durar en torno a 80 y 100 años. “Si antes se podían fabricar productos con durabilidad y ahora no es debido a la obsolescencia programada que acorta sus vidas útiles, y es por ello por lo que quise difundirlo, para paliar el impacto ambiental”, afirma el fundador de World Sop Corporation, empresa dedicada a la creación a través de tecnología LED de bombillas reparables y responsables con el medio ambiente.

“Aplicando las técnicas más ahorrativas posibles, las diseñamos para que su funcionamiento esté fuera de la zona de fatiga sin que comporte un desgaste, reparándose aquellos desperfectos que se originen”, añade Muros, quien asegura que permiten ahorrar hasta un 90%, sobre todo en España, donde alrededor de 47 millones de bombillas se tiran cada año. “La gente está forzada a acostumbrarse a productos de bajo rango, influenciados por la posición del mercado y el derroche de materias primas; hay que desengañarles sobre las dinámicas consumistas y derrochadoras con artículos serios de calidad”, indica.

Contra la obsolescencia programada

Se denomina obsolescencia programada al tiempo prefijado de antemano por el fabricante en el que un producto deja de funcionar adecuadamente hasta ser inservible. Desde baterías a electrodomésticos. Óscar Burgos, director comercial de OEP Electrics International e integrante del Movimiento SOP (Sin Obsolescencia Programada), busca por medio de tal asociación concienciar a la gente y encontrar fabricantes que se adhieran a este sistema cuyos productos sean más duraderos y ahorren energía eléctrica mediante reparaciones como es el caso de las bombillas. “El problema es que se desconoce lo que es la obsolescencia programada y el control que tienen los fabricantes de nuestros productos”, declara, lamentando los inconvenientes surgidos para la difusión de este método: “Económicamente es correcto, pero políticamente no lo es dado que a las industrias no les interesa que alarguemos la vida útil; gusta que caduque”.

OEP Electrics International desarrolla unas bombillas cuya duración es de 80.000 a 90.000 horas (las convencionales funcionan hasta las 50.000 aproximadamente) aplicando circuito electrónico que permite su reparación, lo que ahorra materias primas y por tanto se produce una menor contaminación de C02 a la atmósfera. “No pretendemos unas bombillas eternas porque todavía no existe la tecnología adecuada en España, pero sí que buscamos prolongar su durabilidad”, finaliza Burgos. Algunas eléctricas consultadas declinaron emitir un juicio de valor sobre este asunto.

Apuesta por las bombillas de larga duración

Cada vez son más los comercios que emplean este tipo de productos que abogan por este tipo de tecnología, si bien existe un caso pionero a nivel municipal. Corbera de Llobregat, un pueblo barcelonés de apenas 14.000 habitantes, es el primero de España en aplicar este tipo de bombillas en su localidad, en concreto 166 LEDs fluorescentes en el casco antiguo que supondrá, en palabras del concejal de Servicios Públicos Andrés Palacios, “un ahorro de costes energéticos”.

“[Las bombillas] Las hemos aplicado por una cuestión de coherencia con los gastos de consumo y por la falta de recursos; teníamos un consumo excesivo que ahora esperamos reducir en un 50% al tiempo que aumentamos la durabilidad, contaminamos menos y existe una mayor garantía”, explica el edil del municipio, que aun se encuentra en fase de pruebas del nuevo alumbrado. Con el dinero ahorrado en energía, dice, se pagan las nuevas instalaciones, “lo que es un buen sistema para no endeudarse”. No descarta ampliar los LEDs si todo sale bien.

Existen otros municipios que también muestran interés por estas bombillas, pero en Corbera de Llobregat siempre podrán decir que fueron los pioneros en brillar con luz propia. Como Livermore.

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