Grabar las oposiciones
Regeneración. Ahí va una propuesta. En mi opinión, los ejercicios orales de las oposiciones deberían grabarse, como se graban desde hace tiempo los juicios. Y los examinandos podrían obtener una copia de la grabación, al objeto de comprobar si les merece la pena reclamar. El que esté bien preparado no tendrá miedo a la grabación de su ejercicio, al contrario, estará más seguro. Y el enchufado puede que ni se atreva a presentar su solicitud: sabe que no caben bromas.
Recuerdo mis primeros juicios como abogado, en los que el acta de lo ocurrido en la vista era impugnada y lo enredaba todo. Con las grabaciones se acabaron las dudas y recursos sobre lo que el secretario judicial había plasmado en el acta. Mi propuesta tiene una excepción: el Tribunal de Cuentas, donde un líder de la UGT ha colocado a todos sus parientes. Se merece, no una grabadora, sino una condecoración.— José Luis Gardón.
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