Siguen cortándonos las alas
Unos 860 euros; esa fue la cantidad que recibí al mes por la beca Erasmus mientras vivía 10 meses en Suecia. Unos 860 euros para pagar un piso de estudiantes, la comida, utensilios del hogar, productos de limpieza, etcétera. Unos 860 euros para vivir un curso académico completo.
Y ahora yo me pregunto, ¿no es el Erasmus, acaso, un programa planteado para darle la oportunidad a los estudiantes universitarios de pasar un año en el extranjero que de otra manera no se lo hubiesen podido permitir? ¿Quién, con la situación en la que se encuentra España en estos momentos, saldría del país para estudiar fuera con una beca como la que me ingresaron a mí? Lo considero una vergüenza y una manera de ponernos límites a nosotros, que se refleja también en nuestro país, pues de lo que nos beneficiamos los estudiantes en el extranjero, se beneficiará España en un futuro cercano.
Porque no hay manera más terrible e indignante de controlar al pueblo que recortando en ayudas y en educación.— Irene Cubas Régulo.
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