Bajadas de impuestos

Ya podemos echarnos a temblar: el ministro de Hacienda anuncia una bajada de impuestos. Una reforma fiscal de la que, de momento, solo conocemos que el IRPF bajará una media del 12,5%. Lo grave es que dan estas noticias como si nos anunciaran que nos ha tocado la lotería, cuando la cruda realidad es que detrás de una bajada del IRPF (impuesto directo) hay —a la fuerza— una subida de otros impuestos indirectos. Lo que no pagamos por un lado lo pagaremos por otro. Pero lo pagaremos. Así de simple.

¿En qué beneficia una rebaja del IRPF a los cinco millones de parados cuyos ingresos son mínimamente mínimos? En nada. ¿En qué beneficia a los millones de currantes que no llegan a la condición de mileuristas? En nada. Pero a cambio pagarán cuando adquieran productos o servicios. ¿Quiénes serán los verdaderamente beneficiados con esta “reforma estructural”, como la ha calificado la vicepresidenta Santamaría? Los de siempre.

De todas formas, lo que más me fastidia de estos anuncios es que, además de engañarnos, se ríen de nosotros. Que salga el ministro Montoro justificando la medida y diciendo que “los españoles van a recibir una compensación por el esfuerzo que han hecho” me suena a rechifla.— Joaquín Cos Delgado.