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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El futuro de Sudán del Sur es hoy

Las partes en conflicto deben acabar con la violencia y los donantes comprometerse con el sufrimiento de la población en esta gran crisis humanitaria

Matha Nyandit vive en el campo de desplazados de Mingkaman en Sudán del Sur.
Matha Nyandit vive en el campo de desplazados de Mingkaman en Sudán del Sur.Pablo Tosco (Oxfam Intermón)

Sudán del Sur, el país más joven del mundo, y que hace seis meses vivía su futuro con gran optimismo, sufre hoy una catástrofe humanitaria que ha dado un vuelco a todos sus progresos de los últimos años. Justo en el inicio de la temporada de lluvias, queda una frágil ventana de oportunidad para darle la vuelta a un futuro que podría incluso superar en sufrimiento el terrible presente que sufre la población de este país. Esa oportunidad depende por un lado de las partes en conflicto y de su cumplimiento, estricto y verificado, del acuerdo de cese de hostilidades firmado el 9 de mayo. Los donantes, por su lado, deben incrementar sus aportaciones y hacerlas más flexibles y seguras, muy especialmente gobiernos que a penas han aportado a la acción humanitaria urgente que requiere la población.

El pasado mes de diciembre estalló un conflicto fruto de una rivalidad política entre el presidente y el vicepresidente de este país. Se ha traducido en más de 1,3 millones de desplazados, entre ellos casi 400.000 refugiados en los países vecinos. Más de cuatro millones de sudaneses del sur se enfrentan al hambre, 2,5 millones de ellos son niños y niñas, la población no ha podido plantar su única cosecha del año por el conflicto y la población sufre un brote de cólera. Además, para las organizaciones humanitarias está siendo muy complicado llegar a los afectados por la falta de fondos, las luchas entre las partes en conflicto y las dificultades para el acceso humanitario adecuado a la población que más lo necesita.

Esta semana el gobierno de Sudán del Sur, la oposición, los donantes internacionales y las organizaciones sociales, se reúnen en Oslo para intentar parar el desastre. Un desastre que afectará a más de siete millones de personas al final de año si no se responde con rapidez. Naciones Unidas ha revisado su llamamiento económico que actualmente asciende a 1.315 millones de euros (hasta diciembre de 2014). Hasta ahora, tan sólo se han recaudado 376 millones. Hoy se pueden salvar muchas vidas, se puede dar un giro a la situación de muchos sursudaneses.

La comunidad internacional debe demostrar que está a la altura de la catástrofe, no puede excusarse en la fatiga del donante por las múltiples crisis que sufre el mundo, como Siria o República Centroafricana. Un sudanés que empezaba a tener esperanza hace unos meses, que confiaba en vivir de su cosecha con dignidad y que de pronto ha perdido a su hijo tiene que dejar su casa y no sabe cómo va a alimentarse, no entiende de fatigas. Para él el dinero internacional marca la línea entre la vida y la muerte.

José María Vera es director general de Oxfam Intermón y miembro del comité de dirección de Oxfam Internacional.

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