George, ¿es buena idea casarse a los 50?
El soltero más escurridizo de Hollywood podría haberse comprometido. Negociación y energía, las claves de su nueva vida
Ya se casó una vez. Pero prometió que nunca más. George Clooney, soltero de oro de 52 años, representaba a la perfección esa figura de hombre picaflor que siempre encuentra acompañante para una cena, pareja para un baile o pies calientes para una noche de frío. Sin embargo, llegado el momento, se decantaba por la soledad: no quería compromisos, cenas con los suegros, lidiar con un instinto maternal que no es el suyo o decidir con alguien que no sea él mismo a qué hora se cena en esta casa. Su soledad, afirman, era una elección personal, algo, por otro lado, muy poco común, según cuenta Pablo Elízaga, psicólogo especialista en mediación familiar en Centro Mapa, quien reconoce que a esa edad lo habitual es que un hombre (o una mujer) se encuentre en búsqueda de compañía. "Tenemos la tendencia a querer vivir el comunidad", explica. Pero hay excepciones, gente que elige mesas puestas con un solo plato, cuchillo y tenedor, como Juan Ortega, de 49 años, profesor de Literatura en Madrid, que asegura a ICON: "Me he vuelto demasiado egoísta. No quiero tener que compartirlo todo". O como George Clooney… hasta antes de ayer.
El actor se ha comprometido, según afirman New York Post y People, con Amal Alamuddin, abogada de 36 años a quien conoció el pasado otoño en un evento relacionado con los derechos humanos. Las citadas publicaciones aseguran que la libanesa ha sido vista con un enorme anillo de compromiso en una cena con amigos de él. El representante del actor ni confirma ni desmiente. "No hago comentarios sobre su vida personal", expresa. Pero, si fuera verdad, la vida de Clooney va a cambiar. Le preguntamos al especialista Pablo Elízaga cuán difícil es comprometerse a los 50. Y llegamos a cuatro aspectos esenciales:
1. Negociar, negociar y negociar. "Comprometerse a los 50 no es más difícil que hacerlo a los 20", cuenta el psicólogo. "Pero sí requiere más energía". Al fin y al cabo, es el abandono de una etapa de libertad absoluta. "Vivir en pareja supone negociarlo todo. Son cosas pequeñas, pero importantes: la hora de la cena, qué hacer este domingo, qué película vemos juntos…". Esto cuesta hacerlo a cualquier edad, pero cuanto más tiempo llevamos sin practicarlo, más doloroso resulta. Lo mismo ocurre con la necesidad de dar explicaciones a la pareja. "Desmantelar hábitos y costumbres a los 50 años es una tarea compleja", concluye el profesional. Huelga decir que no es imposible.
2. La importancia de los detalles. Son esas nimiedades a las que se enfrenta una persona habituada a la soltería las que pueden destrozar la relación. Es el caso de Juan Ortega, que hace un par de años rompió un breve noviazgo con una chica a causa de una discusión sobre dónde pasar un fin de semana. ¿Demasiado baladí? "Esas pequeñas cosas son muy relevantes en una primera etapa", añade el psicólogo. Olviden aquello de que a los 50 se está de vuelta de todo. En las relaciones de pareja, esa fórmula no funciona.
3. ¿Y si ella quiere ser madre? Cabe suponer que Clooney, que ya ha entrado en la cincuentena y acumula tantos privilegios como canas o atractivo, no ha tenido descendencia por voluntad propia. Pero, ¿y si su presunta prometida sí quisiera continuar la bella estirpe? ¿La psicología contempla un límite de edad para afrontar la paternidad? Responde Pablo Elízaga: "No. Por otro lado, sí existe un factor evidente: cuanto mayor es el hombre, más dificultoso le resulta ejercer las labores parentales, porque su energía va en descenso".
4. ¿Estamos ante un George Clooney mejor persona? El psicólogo lo tiene claro: la tan machacada fábula de que vivir en pareja te hace más generoso y te eleva como individuo, es un tópico sin fundamento. Del mismo modo que un soltero no tiene por qué ser un egoísta engreído. "Vivir en pareja te enseña a negociar, pero hay tantas parejas que no negocian desde la generosidad, sino desde la dominación o sumisión", lamenta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.