Tres años después de Duékoué (1)
Más de 800 víctimas mortales entre niños, mujeres, ancianos y hombres adultos. Ése es el balance oficial de la masacre de Duékoué según las estimaciones de Cruz Roja. Sucedió en esta ciudad del oeste de Costa de Marfil los días 28 y 29 de marzo de 2011, durante la ofensiva de las tropas leales al actual presidente, Alassane Dramane Ouattara, hacia la capital económica del país, Abiyán. Se trata de la peor masacre de la crisis post-electoral que conmocionó a Costa de Marfil entre 2010 y 2011, aunque no exista acuerdo sobre el número de víctimas ni investigación oficial en curso ni aparente interés del Tribunal Penal Internacional por averiguar sus circunstancias.
Martine Vao es la presidenta de la Asociación de Residentes de Duékoué en Francia y Europa. Vive desde hace años en París, donde se esfuerza en hacer llegar a los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie su denuncia sobre lo que califica como genocidio en el oeste de Costa de Marfil. Perdió a cinco familiares, abatidos a machetazos y tiros, en la masacre de Duékoué. Sus padres se refugiaron en la misión católica y su madre murió de cólera tres días después de la matanza. Violaron a una de sus sobrinas y destriparon a su bebé antes de lanzarlos a un pozo a los dos. Martine Vao fue quien presentó una denuncia por lo sucedido en Duékoué ante la justicia francesa. Acusaba directamente al gobierno de Ouattara y corría el mes de julio de 2012.
“La situación humanitaria en Duékoué sigue siendo la misma que hace tres años – asegura por skype - La historia de la ciudad se ha detenido. Se destruyeron muchos hogares y la gente huyó al bosque o cruzó la frontera. Los que han vuelto y perdieron sus casas están obligados a permanecer en casas de otros familiares o a construirse chozas de paja para no tener que dormir a cielo abierto. No hay nada que comer, porque no se puede ir a los campos. Allí están los dozos y los FRCI”.
La masacre de Duékoué se inscribe en la ofensiva hacia el Sur de las tropas de Ouattara, tras una disputa electoral que se solucionó con una guerra. En el conflicto intervinieron el ejército francés y la ONU, bajo la cobertura de un mandato del Consejo de Seguridad para proteger a la población. La guerra terminó oficialmente el 11 de abril de 2011, con la toma del poder por Ouattara y la captura del presidente Laurent Gbagbo, tras bombardear durante una larga semana su palacio presidencial y la ciudad de Abiyán. Gbagbo fue entregado al Tribunal Penal Internacional en noviembre de 2011 y sigue retenido allí mientras se buscan pruebas consistentes contra él. Ahora le acompaña su ex ministro Charles Blé Goudé, también acusado de crímenes contra la humanidad.
“Son más muertos de los que se dicen oficialmente –señala Martine Vao con firmeza- Hay organizaciones que hablan de más de 4.000 muertos. Han recogido cientos de cadáveres, pero todavía quedan muchos tirados en pozos o enterrados en fosas comunes. Y se están eliminando las huellas de lo que pasó. Se están cubriendo los pozos con piedras, se están quemando los osarios. La masacre no se limitó al barrio de Carrefour, en Duékoué. Todos los pueblos de los alrededores fueron destruidos y después vino el ataque al campo de refugiados de Nahibly, que había acogido a supervivientes de Duékoué. El ataque a Nahibly se produjo en julio de 2012, más de un año después de que terminara la guerra y a pesar de que el campo estaba protegido por la ONU. Murieron 230 personas y hubo decenas de desaparecidos. Consideramos que el ataque a Nahibly tenía el objetivo de borrar las huellas de lo que pasó en Duékoué y acabar con testigos incómodos para el gobierno de Ouattara”.
Con ella coincide David Mauger, responsable de Costa de Marfil para la ONG Survie, una asociación creada en Francia para denunciar la perversidad de la política francesa en África y el necolonialismo, estudiar y reivindicar el genocidio y propugnar la justicia económica y social.
“Cáritas fue la primera organización que valoró la situación sobre el terreno y habló de más de 1.000 muertos -precisa- Su responsable en Abiyán fue secuestrado por las fuerzas pro-Ouattara durante la guerra y liberado poco después. Es posible que fuera amedrentado o chantajeado para cambiar su versión”.
Lo cierto es que las cifras bailan entre los casi 200 muertos que asume a regañadientes el gobierno marfileño y los 4.000 de los que habla Martine Vao. También que hay medios de comunicación que propagan una suerte de negacionismo que achaca las muertes a enfrentamientos inter-comunitarios o al propio Laurent Gbagbo.
Responsabilidad del gobierno
Tres años después de que sucediera, ya ha quedado claro que la masacre de Duékoué fue perpetrada por los dozos y FRCI que formaban parte del ejército de Ouattara durante la guerra y que todavía siguen perteneciendo a sus fuerzas armadas. Los primeros son cazadores tradicionales organizados en una especie de milicia informal. Las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil o FRCI agrupan a los rebeldes que lanzaron un golpe de estado fallido contra Laurent Gbagbo el 19 de septiembre de 2002 y que hundieron al país en una guerra intermitente desde esa fecha. De momento, sólo hay un detenido por la masacre de Duékoué: el jefe de guerra pro-Ouattara Amade Oueremi, de origen burkinés y radicado en la zona de Mont Peko desde hace años.
“Los enfrentamientos son continuos en el oeste de Costa de Marfil – explica el historiador y periodista marfileño Jean-Arsène Yao, redactor de la revista especializada Mundo Negro - Es un conflicto de bajísima intensidad. En Mont Peko, donde detuvieron a Amade Ouremi, las cosas siguen igual que cuando él estaba. La tierra sigue ocupada, no se ha movido nada. Los residentes de Duékoué que viven en Europa son los que han denunciado la masacre, pero de momento no ha pasado nada. Se dice que hubo una investigación nacional, mas no se conocen los resultados. No se ha reconstruido nada. Todo sigue quemado. Muchos se refugiaron en Liberia o la República de Guinea y no pueden volver porque sus casas y sus campos están ocupados por inmigrantes burkineses”.
“Por el momento, no hay acusados de la masacre de Duékoué y el único detenido es Amade Oueremi –coincide desde París, vía skype, David Mauger- No hay noticias de ninguna investigación, a pesar de que Ouattara prometió una en su momento. Tampoco hay investigación, que sepamos, por parte del ¨Tribunal Penal Internacional. La justicia no avanza”.
El politólogo francés Michel Galy, que ha escrito en medios como Le Monde Diplomatique sobre la perpetua crisis marfileña, opina que Amade Ouremi podría convertirse en el sacrificio simbólico que el gobierno Ouattara está dispuesto a hacer ante el TPI. Algunos observadores de la situación del país avanzaron la posibilidad de que Guillaume Soro, actual presidente de la Asamblea Nacional, acabara en el banquillo de La Haya por su participación en la rebelión que comenzó en 2002. Soro, mediador en la reciente crisis egipcia y uno de los hombres más fuertes del gobierno Ouattara, participó en el ejecutivo de Gbagbo como primer ministro a raíz de los acuerdos de paz firmados en Uagadugú en 2007. Ahora está inmerso en el proceso de limpiar su imagen en las redes sociales y en la batalla de poder interna en el gobierno de Costa de Marfil. Se le responsabiliza de crímenes de guerra, como el asesinato de los gendarmes de Buaké y sus familias, perpetrado en 2002.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.