El gesto honra a Susana Díaz
Partiendo de una normativa legal que determina a quien le corresponden los pisos sociales dependientes de la Administración Pública de la Comunidad andaluza, nadie se puede arrogar el derecho de romper dicha normativa para captar la simpatía de un sector que, a pesar de sufrir las nefastas consecuencias de la crisis, no respeta los bienes ajenos e invade unos inmuebles asignados a personas en similares circunstancias económicas que ellos, pero que son responsables con sus semejantes.
Dicho esto, tengo que resaltar la posición de la presidenta de Andalucía cogiendo al toro por los cuernos, a pesar de poderle costar la ruptura de la coalición y, por consiguiente, el Gobierno de la Comunidad.
A pesar de mis criticas a su partido tengo que reconocer que estas determinaciones son las que hacen a los verdaderos políticos, que anteponen los derechos de los ciudadanos por encima de los netamente partidistas. Creo que si sigue mostrando esta actitud, que es la de una buena estadista, tendremos presidenta por mucho tiempo, siempre que los máximos dirigentes estatales de su partido no interrumpan el camino de nuestra dirigente andaluza.
Ya era hora de que alguien haga prevalecer el buen nombre del pueblo andaluz a lo largo y ancho del Estado. Ahora solo tenemos que esperar que los ciudadanos estemos a la altura que nos corresponde arrimando el hombro y no queriendo vivir de subvenciones y subsidios europeos que luego tenemos que pagar entre todos los contribuyentes.— Domingo González Pulido. Sevilla.
Izquierda Unida tiene un problema para ser alternativa de gobierno. Dos hechos se han unido en el tiempo.
El primero en Andalucía, donde forman parte del Gobierno autonómico en coalición con el PSOE. Ante el desalojo de un edificio de viviendas, ni cortos ni perezosos se saltan una lista de beneficiarios a una vivienda social y deciden asignar a los desalojados algunas de esas viviendas.
El segundo caso es en Zaragoza, donde IU no forma parte del Gobierno, pero apoya al alcalde Belloch. Uno de sus concejales decide en una mesa de contratación las nuevas condiciones de la contrata de jardinería, adjudicada a FCC, y a la vez apoya a los trabajadores en su lucha contra las condiciones económicas impuestas por la empresa, y se manifiesta pidiendo la dimisión de Belloch.
Considero que actualmente IU no es de fiar cuando se incorpora a un Gobierno, siendo un elemento muy perjudicial para este tipo de coaliciones. En vez de decidir asumir responsabilidades de gobierno, decide apoyar la parte más radical de su organización e intentar gobernar desde la calle en vez de desde los despachos. Y estos comportamientos siempre favorecen a la derecha.
Espero que estos días de asueto nos sirvan para reflexionar a todos, pero especialmente a los dirigentes de Izquierda Unida. Resumiendo “no se puede estar en misa y repicando”.— Manuel Vargas Ramírez. Zaragoza.
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