Salsa, rol y santería
Enrique Solla, profesor de baile reciclado ahora en escritor, acaba de publicar su debut en la literatura, el primero de una serie de cuatro libros en los que el baile es omnipresente
Los 39 años de Enrique Solla (Madrid, 1975) dan para mucho: profesor de baile, creador de mundos de rol, director de teatro, poeta urbano, periodista, profesor de baile, amante de las series de televisión y… escritor. Acaba de publicar Fuego en el 23. El despertar (Editorial Bolchiro), un trepidante pastel de adrenalina relleno de acción, asesinatos, misterio e investigación policíaca. En abril, el segundo volumen: El desenlace. La primera entrega, ya disponible, se puede comprar por 20 euros en formato papel y por 9,27 en digital. El héroe de la trama, como se veía venir, es bailarín.
Pregunta. A día de hoy se gana la vida como profesor de baile (regenta uno de los salones de salsa más reconocidos de Madrid, El Almazén de los Sentidos, en Las Rozas). ¿Cómo se escribe entre baile y baile?
Respuesta. Si es cierto que los hombres necesitamos nuestro tiempo dentro de la cueva, la escritura es mi cueva de cinco estrellas, donde me escondo cuando la música se apaga, los alumnos se van a casa y el cuerpo exige su descanso. A veces no sé qué soy, si un bailarín que escribe o ¡un escritor que baila!
P. Se adentra en la santería cubana…
R. Sé que con la santería no se juega. La respeto como respeto al resto de creencias, pero solo mientras no se metan donde no les llaman. Los fanáticos, que los hay en todas partes, son capaces de cualquier cosa por defender sus creencias. Y ahí es donde se vuelven peligrosas. De todas formas, yo no creo en la vida después de la muerte. Yo creo en la vida antes de la muerte. En Fuego en el 23, he tenido que empaparme mucho sobre santería cubana, pero mucho de lo que cuento es ficción.
P. En su debut como escritor, una novela no le basta. EstE es el primer volumen de la serie Azúcar Negra, que integra tres más ¿Por qué una serie?
R. Tengo tantas historias en mi cabeza que necesitaba una válvula de escape. Lo que les espera a Isaura, PéBé, Bartolomé y Cynthia [personajes del libro] requiere más de un libro. Y, posiblemente, más de cuatro.
P. Cada capítulo va precedido con el título de uno, dos y hasta tres temas de música latina. ¿Cuál ha sido su intención con ello?
R. Quiero darle al lector la posibilidad de conocer las canciones que se escuchan en el libro, en la radio del taxi durante una persecución, o en la tele mientras la víctima muere en el sofá y la lasaña se quema en el horno.
P. En ocasiones parece que quiera enseñar al lector a bailar…
R. Quiero que al lector le apetezca bailar, pero sobre todo quiero que a la gente le apetezca conocer el Almazén de los Sentidos, en Las Rozas, academia de baile y discoteca donde se puede aprender a bailar salsa y apretarse por la noche en un bachata sensual.
P. Es un devorador de series norteamericanas: recomiéndenos alguna.
R. Si hablamos del presente, Elementary (americana) y Sherlock (inglesa) son dos pedazos de series que se sumergen en el personaje de Arthur Conan Doyle en la actualidad desde puntos de vista diferentes. Quizá les falta algo de romance, pero lo suplen con cantidades ingentes de genial investigación. Y si queremos una nueva, diré True Detective. Aunque la más parecida a mi novela sería la ya terminada Fringe. La mejor serie, por desgracia, todavía no la ha visto nadie. Será la que se haga de la saga de libros Azúcar Negra (risas).
P. Retomemos eso de mover el cuerpo: ¿Cómo y cuándo nació en usted esa pasión por los ritmos latinos?
R. El baile es la comunicación más sincera que conozco. Con las palabras se puede mentir fácilmente. Yo también lo he hecho. Hablar es mentir. Bailar, no. No se puede mentir cuando dos cuerpos se abrazan.
P. El juego de rol más alucinante que haya creado…
R. Cuando creas un juego de rol lo importante es conseguir que los jugadores se deshagan de quienes son por un tiempo. ¿Os acordáis de Desafío Total? ¿Convertirse en agente secreto? Eso no es nada con lo que mis colegas y yo hemos conseguido con el rol. El más alucinante lo tuve que prohibir porque era demasiado alucinante…
P. La última: recomiende a nuestros lectores tres novelas policíacas o de literatura negra
R. Los libros del comisario Roy Grace, los del inspector Harry Hole y los de agente del FBI Aloysius X. L. Pendergast.
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