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Los hijos de Martin Luther King se enfrentan por los recuerdos de su padre

Unos quieren vender la Biblia y el Nóbel del histórico activista, pero su hermana se niega Tras jurar Obama su segundo mandato sobre el libro sagrado del pastor, su valor se multiplicó

Carolina García
Bernice King y su hermano Martin Luther King III, en 2009, cuando aún mantenían una buena relación.
Bernice King y su hermano Martin Luther King III, en 2009, cuando aún mantenían una buena relación.CORDON PRESS

La Biblia y la medalla del premio Nobel de la Paz concedido a Martin Luther King en 1964 son símbolos de la defensa de los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos. 45 años después de la muerte del pastor, ambos objetos se han convertido en el centro de una batalla muy diferente, la que se está gestando entre sus hijos: Bernice Albertine, Martin Luther King III y Dexter Scott, según informa la agencia AFP.

Bernice es religiosa, como su padre, y se ha autoproclamado la guardiana de sus bienes desde 1968. Martin Luther King III, conocido como Marty, es el mayor de los hermanos y popular por su activismo. Dexter Scott, de 53 años, vive en California y es actor.

El conflicto comenzó a finales de enero, cuando Marty y Dexter Scott informaron a Bernice su intención de vender sendos recuerdos, un paso necesario conforme a un acuerdo firmado en 1995, que establece que los tres hijos tienen derecho a voto en todo lo relacionado con la herencia de King. Bernice se negó a deshacerse de ellos y, el pasado día 19, un juez federal resolvió que será ella la encargada de mantener los objetos a salvo hasta que haya sentencia respecto de su custodia, para lo que podrían faltar meses.

"La venta es inadmisible, negligente en el plan histórico y amoral", declaró Bernice a los medios, haciendo que la polémica pasara de lo privado a lo público. Y no se quedó ahí. La hija del histórico activista, dolida, convocó a la prensa en la iglesia bautista Ebenezer, en Atlanta, la misma en la que su padre pronunció algunos de sus discursos antes de su asesinato en 1968.

“Estos objetos no se venderán jamás a ninguna persona, ni institución, porque son sagrados. Es mi postura, para respetar la memoria de mi padre, que en este momento no es capaz de defenderse”, agregó tajante. “Mis hermanos solo quieren sacar provecho del duro trabajo y del sacrificio que hizo mi padre por los derechos civiles en este país”, finalizó.

Los hijos ya han obtenido unos beneficios que superan los 32 millones de dólares (unos 24,4 de euros) tras la venta de documentos privados de King, como su correspondencia y varios discursos impresos. Pero si finalmente se venden estos objetos, los hermanos podrían aumentar considerablemente sus ganancias. La Biblia, por ejemplo, subió su valor de forma automática cuando el actual presidente de EE UU, Barack Obama, juró sobre ella su segundo mandato.

Esta no es la primera vez que los hermanos se enfrentan en una contienda por motivos relacionados con su padre. Muy sonada fue la polémica en torno a quién sería el encargado de presidir la fundación creada por la esposa del activista, Coretta Scott King, fallecida en 2006.

Pero los hijos de King no son los únicos herederos en protagonizar este tipo de peleas. Las hijas de Malcom X (fallecido en 1965) han interpuesto una demanda para bloquear el contrato firmado por una de sus hermanas para publicar el diario de su padre.

Y recuerdos de Rosa Parks -conocida por haberse negado a ceder el asiento a un blanco y moverse a la parte de atrás del autobús en el sur de la nación-, incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad y la Medalla de Oro de Honor del Congreso, llevan años en un almacén de la ciudad de Nueva York por una prolongada batalla sobre su patrimonio. En todos los casos hay un denominador común: ni King, ni Parks, ni Malcom X dejaron testamento.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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