El Barça paga ‘por si acaso’
La autoliquidación preventiva de 13,5 millones por el fichaje de Neymar contradice las protestas de transparencia
El FC Barcelona inicia la temporada fiscal primavera-verano con una innovación tributaria: una autoliquidación complementaria preventiva de 13,5 millones de euros por si Hacienda entiende que los 40 millones pagados a las sociedades vinculadas al jugador Neymar son salario del contratado y, por tanto, carne de Hacienda. “Decidimos pagar en defensa del club, aunque estamos seguros de que la operación es legítima”, explica el vicepresidente Javier Faus. Pagan por si acaso. El juez Ruz acaba de imputar al Barça por indicios de delito, así que todos los por si acasos son posibles; incluso probables. Estos movimientos tan imaginativos del club desmienten las
airadas protestas de transparencia de sus dirigentes y contaminan su credibilidad. Según el dimitido presidente, Sandro Rosell, “Neymar ha costado 57,1 millones y punto”; después llegó el nuevo presidente, Josep Maria Bartomeu, a jugar con las palabras y dijo: “Neymar ha costado 57,1 millones, pero por otros conceptos se han pagado 86,2 millones”; ahora, el propio Bartomeu anuncia que paga 13,5 millones más, con lo cual el precio suma 99,7 millones. Es el misterioso caso del fichaje creciente.
Bartomeu ha aparecido poco, pero siempre con gran provecho. Hasta ahora ha demostrado un insólito talento para ponerse la venda antes de la herida, cautamente escudado por una patrulla numerosa de asesores fiscales; parece experto también en esa ciencia arcaica que consiste en retroceder sin mover los pies del suelo, como puede apreciarse en su intento de aclarar el fichaje del jugador brasileño; y va camino de convertirse en todo un experto en paranoia. Él y su equipo directivo han resucitado la imagen de un Barça cercado en Fort Apache por maniobras conspiratorias centralistas, sean políticas o deportivas.
No hay nada raro en la judicialización del caso Neymar, aunque Bartomeu y sus directivos así lo proclamen. La anomalía está en la impunidad con que los directivos de los grandes clubes (¿ningún socio madridista está interesado en saber cuánto ha costado Gareth Bale?) cierran fichajes sin rendir cuentas a los socios, confunden los contratos y pagan comisiones multimillonarias con el dinero del club.
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