Liderazgo
El tono de sal gruesa empleado por Rajoy en la última convención del PP para referirse al líder de la oposición nos retrotrae al cuadro de Goya Duelo a garrotazos y eso que, según él, estaba optimista ante los resultados económicos.
Esta semana nos desayunamos con que España está a la cabeza de la percepción de la corrupción, peste que atenaza al sistema democrático y muy especialmente al Partido Popular. De esto no se habló en dicho encuentro ni tampoco del millón y pico de empleos destruidos, según la EPA, desde su entrada en La Moncloa.
El señor Rajoy como líder político ha de afinar mucho más siendo capaz de dirigirse a las familias con parados y decirles para cuándo prevé que habrá una oferta suficiente de empleo para cada uno de ellos, porque eso también es economía. Y a los ciudadanos honrados ha de prometerles que dotará de medios a la judicatura para que agilice la resolución de todos los casos de corrupción, incluidos Bárcenas o Gürtel, y que luchará contra aquellos que entorpezcan la labor de la justicia aunque sean de su propio partido.
Eso sería andar haciendo camino.— Joan V. Llàcer Mont.
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