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Cerco a la mujer de las 1.243 casas

Angiola Armelini ocultó durante años su inmensa fortuna ante la Hacienda italiana La hija del rey del ladrillo en Roma es investigada ahora por fraude fiscal

La millonaria italiana Angiola Armellini.
La millonaria italiana Angiola Armellini.EFE

Hija del rey del ladrillo, que construyó media Roma durante el boom de los setenta, Angiola Armellini es dueña 1.243 inmuebles, incluidos tres hoteles de lujo. Siempre aparece sonriente y bien vestida en las fiestas a las que asiste. Pero para Hacienda, sin embargo, no tiene un duro. Aunque en Italia también ocurre que quien es rico como un príncipe puede parecer más pobre que un obrero. Mientras el 12% de los ciudadanos no llega a final de mes y los emprendedores sufren una presión fiscal de las más altas del mundo, esta mujer de 50 años, heredera de una famosa familia de empresarios, expareja de un político de discreta visibilidad como el democristiano Bruno Tabacci y visitante habitual de los salones de la alta burguesía romana, ha logrado ocultar ante el fisco más de 2.000 millones de euros. Pero tras una investigación iniciada por la Fiscalía romana y la Guardia de Finanzas han descubierto sus verdaderas cuentas y la acusan de asociación para delinquir con la finalidad de evasión fiscal.

La millonaria, según explica la orden de la Policía fiscal, era la “administradora de hecho de una articulada estructura societaria” ideada en los noventa para esconder ante Hacienda la “inmensa disponibilidad de capitales” que enterraba en paraísos fiscales como Mónaco, Luxemburgo, Suiza, Nueva Zelanda, Jersey y Bahamas. Durante algunos años, Armellini incluso cambió su residencia a Montecarlo para eludir las arcas públicas. Pero no pudo mantenerse lejos de la vida romana y regresó. Fue entonces cuando se las arregló para controlar su fortuna escondida gracias a un entramado financiero. Al principio, lo hizo desde la mansión familiar en el barrio del Eur, en el sur de la capital italiana. Luego, desde un ático de dos plantas en el centro de la ciudad, propiedad de las sociedades que tenía en Luxemburgo, que no estaba siquiera calificado como vivienda.

La princesa del ladrillo manejaba, desde Roma, sus millones a través de paraísos fiscales

Los investigadores sostienen que evadía sistemáticamente los impuestos sobre sus viviendas, los que van a parar al Ayuntamiento. Por eso, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha asegurado en una nota oficial que “cuando terminen las averiguaciones fiscales y administrativas, Roma va a pedir a la señora Angiola Armellini el inmediato resarcimiento de los impuestos municipales”.

La princesa del ladrillo ya había caído en las redes de Hacienda. En 1991 fue objeto junto a su padre, Renato -que murió dos años después, dejándole su imperio de miles de apartamentos y un centenar de empresas- de una investigación por fraude fiscal y falsificación de rentas por más de 500.000 millones de liras (260 millones de euros). A mediados de la misma década, la mujer se vio inmersa en otra operación de una bancarrota fraudulenta de más de 100 millones de euros.

Los fiscales y la Guardia de Finanza editan ahora una nueva entrega de la saga de los Armellini, una suerte de Dinastía a la italiana, que serpentea en una zona opaca de lujos descarados, olfato en los negocios, investigaciones, prisiones y hasta un secuestro a manos del crimen organizado. En 1980, el patriarca Renato Armellini fue apresado por la Ndrangheta, la peligrosa mafia calabresa y estuvo prisionero durante siete meses. La familia pagó un rescate supermillonario. Angiola, que tenía entonces 16 años, fue capaz de huir antes de caer como rehén junto con su padre.

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