Una plaza no es solo un lugar de paso
Es también un espacio para quedarse. Los arquitectos Ramiro Losada y Alberto García (LosadaGarcía)así lo han entendido. Y por eso propusieron a su cliente que, en medio de la zona inhóspita que es hoy la Plaza de Castilla, al norte de Madrid, buscara un lugar de reunión, un puesto para formar uno de los corrillos que se organizan en las calles del barrio vecino de Tetúan.
Abierto ese debate, arquitectónicamente el kiosco tiene dos plantas. Es completamente desmontable en la planta baja, no en la subterránea “aunque no está previsto moverlo”, explican. Está levantado en seco con una estructura ligera atornillada de fachada ligera. Explican también los proyectistas que todas las fachadas están levantadas con un sistema constructivo Knauf Aquapanel, una especie de "pladur" para exteriores (“aunque esta marca sea su competencia”, aclaran). El mortero blanco por fuera (como el empleado en las casas tradicionales de Tetuán) y la madera de fresno en el interior son los únicos materiales del pabellón.
Sus autores, llaman a esta intervención "kiosco de reunión" y lo describen como una “reinterpretación de una vivienda barata de Tetuán". En ese barrio madrileño tienen ellos su estudio y allí y viven desde hace años. Así, ven en la apertura del kiosco una analogía con la antigua cotidianidad del barrio en cuyas calles, históricamente, “se producían conversaciones informales con los habitantes del barrio, y a través de las ventanas de las fachadas hasta se veía la TV encendida en el interior de las casas”. Esas vivencias de barrio quieren animar ahora una plaza que no tiene vida y es simplemente de paso. ¿Conseguirá convertir un lugar de paso en lugar de convivencia? ¿Podrá un chiringuito de diseño hacer algo por la vida cotidiana del barrio?
Presupuesto según los arquitectos: 717€/m2.
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