Felicidad suprema
El pasado enero, antes de la muerte del presidente Chávez, se podían ver en Caracas unos carteles electoralistas con eslóganes variopintos. Uno de los más discretos, con la imagen de Chávez rodeado de niños, decía: “De tus manos brota lluvia de vida. ¡Te amamos!”. Hablando con una señora burguesa, abogada, rara avis chavista, le dije que en Europa esas expresiones empalagosas nos producían cierta “vergüenza ajena”. Me respondió algo indignada diciéndome que ellos son un pueblo joven que expresa así sus sentimientos y que, en todo caso, la vergüenza la tendríamos que sentir los españoles por nuestro pasado colonial. Casi me convence. Ahora veo que acaba de crearse el “Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo Venezolano”. Se van superando. Pero creo que la suprema felicidad queda un poco devaluada relegada a un simple viceministerio. Algo tan supremo merecería ser capitaneado al menos por un superministro.— Antonio Peregrín López de Hierro.
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