Esta entrada ha sido escrita por Ana Alcalde, Directora de Alianza por la Solidaridad. Es parte de la serie que @3500M está haciendo sobre los Presupuestos Generales para 2014.
El recorte más
pronunciado que reflejan los PGE2014 (un 36%) es en políticas y servicios
sociales, justamente las encaminadas a compensar el acceso a servicios básicos de
las personas que no tienen recursos. Este dato, unido a que la característica fundamental para ser
pobre en las sociedades postcapitalistas es carecer de trabajo remunerado u
otras fuentes de ingresos, nos coloca en un callejón sin salida: se congela el gasto para luchar contra el desempleo (una partida que se mantiene sin
variaciones significativas desde hace cinco años, alrededor de los30.000
millones) a pesar de que hoy hay casi el doble de personas en desempleo que en
2008 (3.207.900 en 2008 frente a los actuales 5.977.500).
En la sociedad del conocimiento, la
pobreza está íntimamente relacionada con el analfabetismo y el analfabetismo
funcional en las sociedades más ricas. A pesar de aumentar un 10%
respecto a 2013, el presupuesto destinado a Educación en 2014 sigue muy
lejos del que se destinaba en 2010: un 30% menos.
También
está claro que, en el siglo XXI, un país que no es capaz de invertir en promover
el talento a través de la investigación, el desarrollo y la innovación será
un país empobrecido. España aumenta un 6,1% respecto a 2013, pero sigue
siendo la mitad de lo presupuestado solo cuatro años atrás (el mayor aumento de
los PGE es en innovación militar, que recibe un 39,6% más). La media española
de inversión en I+D+i es del 1,27% del PIB, por debajo de la europea que supera
el 2%, obviando claramente el potencial de este sector.
En una
sociedad global hay que luchar contra la pobreza en todos los niveles, local
nacional y mundial de forma simultánea. Si no, no será posible salir de estas
trampas. Sin embargo, España que en los últimos años había emergido como un
nuevo actor global en este campo, del cual hasta Rajoy se mostraba orgulloso el
pasado septiembre en Nueva York, ha desaparecido prácticamente del mapa de los
países líderes y así lo corroboran los datos. Naciones Unidas
alertaba el pasado julio de que España es el país que más ha recortado en Ayuda
Oficial al Desarrollo: un 49,7%, que se une al 32,7% de 2011.
Ahora en 2014 el Ejecutivo ha decidido recortar todavía más la partida de
cooperación internacional: Los PGE 2014
sitúan la AOD en el 0,17% de la RNB. Este nuevo
retroceso sitúa la cooperación española en los niveles de los años 80,
cuando empezábamos a dejar de ser considerados un país pobre (España fue
considerado país donante por primera vez en la historia en 1981). Este recorte
contrasta con que, según datos del FMI, España es la decimotercera economía
mundial.
El impacto de las políticas de austeridad en España está siendo tangible. Nuestra tasa de desigualdad es la mayor
de toda Europa: el 20% de la población más rica concentra 7,5 veces más riqueza
que el 20% más pobre, en línea con las tendencias mundiales (la riqueza de las 300
mayores fortunas supera la de los 3.000 millones de pobres o el 2% de la
población acumula más de la mitad de la riqueza mundial). De continuar con estas
políticas, España sumaría en 2025 ocho millones más de pobresa los 120 millones que se calcula habrá en
Europa.
Las buenas noticias consisten en que estas opciones políticas pueden
cambiarse. Países como India o Brasil han experimentado un enorme
crecimiento y desarrollo humano apostando por políticas sociales de
reducción de la pobreza, educación o salud pública. Pero en España y en Europa
tendrá que ser la ciudadanía y sus organizaciones quienes lo exijamos con
contundencia a nuestras instituciones y políticos. En las elecciones europeas
del año que viene tendremos otra oportunidad para hacerlo.
Comentarios
Las políticas que atienden a las necesidades sociales suelen venir de movimientos del pueblo que llegan al poder. En Brasil, por ejemplo, recuerdo los orígenes de Lula, un obrero de verdad que conocía las necesidades de sus compañeros de trabajo. Y si esto es así, veo difícil que en Europa se produzca un cambio de rumbo político y que los gobernantes miren a sus votantes, porque ninguno de los candidatos ha estado nunca trabajando en una carpintenría, en una mina, en una empresa de reparto, etc. Ojalá esté equivocado, pero mientras se apueste por políticos sin trayectoria social, nada cambiará.http://ow.ly/q9W9A
Hola Inoportuno. A ver, lo siento pero lo de Brasil no cuela. Lo que ha hecho ese país es avanzar en el neoliberalismo y la desregularización. Sus famosos programas de "Fome 0" estaba basado más en la caridad, a través de la implicación de donaciones privadas, que en una verdadera redistribución de la pobreza. Ha crecido mucho, sí, pero en base a una apuesta decidida por el ajuste estructural que comenzó Cardoso y acabó Lula, el cual, pese a su origen obrero, siempre condicionó sus políticas sociales a las económicas y éstas eran de marcado carácter capitalista lo que generó grandes desigualdades. La prueba son los grandes descontentos y las manifestaciones que vivimos hace pocos meses. La inflación y la burbuja inmobiliaria van de la mano. La India es aun peor, la pobreza sube en vez de bajar. El artículo no me hace mucha gracia, la verdad, y menos cuando afirma que "carecer de trabajo remunerado u otras fuentes de ingresos" es ser pobre hoy en día en los países postcapitalistas. Lo siento, pero hoy en día se puede ser pobre y tener trabajo. De hecho es lo que se va buscando, presionar a la baja los salarios a costa de reducir las garantías laborales. Esta es la cantinela que siempre se le escucha a la derecha "la mejor política social es un puesto de trabajo" y no es verdad. Es pura demagogia. Y más cuando van unidas a recortes sociales que, no olvidemos, suponen salarios indirectos. Yo me quedo con una frase que le escuché el otro día a alguien de la plataforma Pobreza 0 dirigiéndose a Rajoy: "Sr. Rajoy, yo le digo donde está el dinero, ¿tiene ud. políticas sociales para implementar?.
Perdón, quería decir "riqueza" donde dice "en una verdadera redistribución de la pobreza". Gracias
Que "estas opciones políticas pueden cambiarse" es evidente. Que eso va a ser muy difícil con un Gobierno cuyo máximo responsable decía hace unos días (como recogió este mismo diario) que los sacrificios (derivados de la actual situación) se habían repartido "equitativamente", cuando nadie ignora que la realidad, también entre nosotros (y también este diario ha hablado de ello) es que un puñado de riquísimos lo son cada vez más, a costa de la mayoría de la población, que ve recortadas (o eliminadas) sus fuentes de ingresos, y lo mismo con las políticas sociales (empezando, nada menos, por Sanidad y Educación, para que no queden dudas de por dónde van los tiros), eso también es evidente. Los hechos, tristemente, son ésos, a saber: 1) la desigualdad entre los riquísimos y los demás es cada vez mayor, y a los primeros la crisis no sólo no les ha supuesto ningún sacrificio, sino todo lo contrario: un maná (quizá ellos mismos la han provocado, precisamente para que fuera así). 2) a este gobierno de nuestros pecados le parece perfectamente, lo apoya cuanto puede, y está resuelto a seguirlo haciendo. Así las cosas, la posibilidad de que estas opciones políticas efectivamente cambien sólo puede convertirse en hecho si se ven obligados, si no les queda más remedio. En otro caso, que nadie lo espere.
Las políticas que atienden a las necesidades sociales suelen venir de movimientos del pueblo que llegan al poder. En Brasil, por ejemplo, recuerdo los orígenes de Lula, un obrero de verdad que conocía las necesidades de sus compañeros de trabajo. Y si esto es así, veo difícil que en Europa se produzca un cambio de rumbo político y que los gobernantes miren a sus votantes, porque ninguno de los candidatos ha estado nunca trabajando en una carpintenría, en una mina, en una empresa de reparto, etc. Ojalá esté equivocado, pero mientras se apueste por políticos sin trayectoria social, nada cambiará.http://ow.ly/q9W9A
Hola Inoportuno. A ver, lo siento pero lo de Brasil no cuela. Lo que ha hecho ese país es avanzar en el neoliberalismo y la desregularización. Sus famosos programas de "Fome 0" estaba basado más en la caridad, a través de la implicación de donaciones privadas, que en una verdadera redistribución de la pobreza. Ha crecido mucho, sí, pero en base a una apuesta decidida por el ajuste estructural que comenzó Cardoso y acabó Lula, el cual, pese a su origen obrero, siempre condicionó sus políticas sociales a las económicas y éstas eran de marcado carácter capitalista lo que generó grandes desigualdades. La prueba son los grandes descontentos y las manifestaciones que vivimos hace pocos meses. La inflación y la burbuja inmobiliaria van de la mano. La India es aun peor, la pobreza sube en vez de bajar. El artículo no me hace mucha gracia, la verdad, y menos cuando afirma que "carecer de trabajo remunerado u otras fuentes de ingresos" es ser pobre hoy en día en los países postcapitalistas. Lo siento, pero hoy en día se puede ser pobre y tener trabajo. De hecho es lo que se va buscando, presionar a la baja los salarios a costa de reducir las garantías laborales. Esta es la cantinela que siempre se le escucha a la derecha "la mejor política social es un puesto de trabajo" y no es verdad. Es pura demagogia. Y más cuando van unidas a recortes sociales que, no olvidemos, suponen salarios indirectos. Yo me quedo con una frase que le escuché el otro día a alguien de la plataforma Pobreza 0 dirigiéndose a Rajoy: "Sr. Rajoy, yo le digo donde está el dinero, ¿tiene ud. políticas sociales para implementar?.
Perdón, quería decir "riqueza" donde dice "en una verdadera redistribución de la pobreza". Gracias
Que "estas opciones políticas pueden cambiarse" es evidente. Que eso va a ser muy difícil con un Gobierno cuyo máximo responsable decía hace unos días (como recogió este mismo diario) que los sacrificios (derivados de la actual situación) se habían repartido "equitativamente", cuando nadie ignora que la realidad, también entre nosotros (y también este diario ha hablado de ello) es que un puñado de riquísimos lo son cada vez más, a costa de la mayoría de la población, que ve recortadas (o eliminadas) sus fuentes de ingresos, y lo mismo con las políticas sociales (empezando, nada menos, por Sanidad y Educación, para que no queden dudas de por dónde van los tiros), eso también es evidente. Los hechos, tristemente, son ésos, a saber: 1) la desigualdad entre los riquísimos y los demás es cada vez mayor, y a los primeros la crisis no sólo no les ha supuesto ningún sacrificio, sino todo lo contrario: un maná (quizá ellos mismos la han provocado, precisamente para que fuera así). 2) a este gobierno de nuestros pecados le parece perfectamente, lo apoya cuanto puede, y está resuelto a seguirlo haciendo. Así las cosas, la posibilidad de que estas opciones políticas efectivamente cambien sólo puede convertirse en hecho si se ven obligados, si no les queda más remedio. En otro caso, que nadie lo espere.
Las políticas que atienden a las necesidades sociales suelen venir de movimientos del pueblo que llegan al poder. En Brasil, por ejemplo, recuerdo los orígenes de Lula, un obrero de verdad que conocía las necesidades de sus compañeros de trabajo. Y si esto es así, veo difícil que en Europa se produzca un cambio de rumbo político y que los gobernantes miren a sus votantes, porque ninguno de los candidatos ha estado nunca trabajando en una carpintenría, en una mina, en una empresa de reparto, etc. Ojalá esté equivocado, pero mientras se apueste por políticos sin trayectoria social, nada cambiará.http://ow.ly/q9W9A
Hola Inoportuno. A ver, lo siento pero lo de Brasil no cuela. Lo que ha hecho ese país es avanzar en el neoliberalismo y la desregularización. Sus famosos programas de "Fome 0" estaba basado más en la caridad, a través de la implicación de donaciones privadas, que en una verdadera redistribución de la pobreza. Ha crecido mucho, sí, pero en base a una apuesta decidida por el ajuste estructural que comenzó Cardoso y acabó Lula, el cual, pese a su origen obrero, siempre condicionó sus políticas sociales a las económicas y éstas eran de marcado carácter capitalista lo que generó grandes desigualdades. La prueba son los grandes descontentos y las manifestaciones que vivimos hace pocos meses. La inflación y la burbuja inmobiliaria van de la mano. La India es aun peor, la pobreza sube en vez de bajar. El artículo no me hace mucha gracia, la verdad, y menos cuando afirma que "carecer de trabajo remunerado u otras fuentes de ingresos" es ser pobre hoy en día en los países postcapitalistas. Lo siento, pero hoy en día se puede ser pobre y tener trabajo. De hecho es lo que se va buscando, presionar a la baja los salarios a costa de reducir las garantías laborales. Esta es la cantinela que siempre se le escucha a la derecha "la mejor política social es un puesto de trabajo" y no es verdad. Es pura demagogia. Y más cuando van unidas a recortes sociales que, no olvidemos, suponen salarios indirectos. Yo me quedo con una frase que le escuché el otro día a alguien de la plataforma Pobreza 0 dirigiéndose a Rajoy: "Sr. Rajoy, yo le digo donde está el dinero, ¿tiene ud. políticas sociales para implementar?.
Perdón, quería decir "riqueza" donde dice "en una verdadera redistribución de la pobreza". Gracias
Que "estas opciones políticas pueden cambiarse" es evidente. Que eso va a ser muy difícil con un Gobierno cuyo máximo responsable decía hace unos días (como recogió este mismo diario) que los sacrificios (derivados de la actual situación) se habían repartido "equitativamente", cuando nadie ignora que la realidad, también entre nosotros (y también este diario ha hablado de ello) es que un puñado de riquísimos lo son cada vez más, a costa de la mayoría de la población, que ve recortadas (o eliminadas) sus fuentes de ingresos, y lo mismo con las políticas sociales (empezando, nada menos, por Sanidad y Educación, para que no queden dudas de por dónde van los tiros), eso también es evidente. Los hechos, tristemente, son ésos, a saber: 1) la desigualdad entre los riquísimos y los demás es cada vez mayor, y a los primeros la crisis no sólo no les ha supuesto ningún sacrificio, sino todo lo contrario: un maná (quizá ellos mismos la han provocado, precisamente para que fuera así). 2) a este gobierno de nuestros pecados le parece perfectamente, lo apoya cuanto puede, y está resuelto a seguirlo haciendo. Así las cosas, la posibilidad de que estas opciones políticas efectivamente cambien sólo puede convertirse en hecho si se ven obligados, si no les queda más remedio. En otro caso, que nadie lo espere.
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