El desastre de Iberia nos salpica a todos
Este verano hemos hablado mucho de Gibraltar, pero cuando dice el Ministro de Industria que la fusión con British Airways no ha sido buena para Iberia o cuando los políticos admiten que el fracaso turístico de Madrid y el vaciamiento de la T4 (7.000 millones de euros nos costó) tienen mucho que ver con el desguace de Iberia por sus socios británicos, una tiene la sensación de que de pronto han tenido una revelación.
Sin embargo, hace ya dos años, que primero los pilotos y luego todos los trabajadores, nos advirtieron con pelos y señales de lo que iba a pasar. Y no se han equivocado en nada. Me cuesta creer que nuestros gobernantes hayan tardado tanto en enterarse.
El caso es que cuando podían hacerlo no movieron un dedo, y de aquellos polvos, estos lodos. Ahora, aunque es más difícil, todavía pueden parar el desastre. Para eso les pagamos, para gobernar y arreglar desaguisados. De hecho sólo tienen que preguntarse si el Gobierno británico toleraría la desaparición de British Airways y el hundimiento de Heathrow a manos de Iberia.— Edurne Zarraoa Gabikagogeaskoa. Bilbao.
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