¡Hágase la luz en el BCE!

La Reserva Federal estadounidense (Fed) publica las actas de sus reuniones, para que los ciudadanos interesados conozcan los argumentos de sus consejeros y los votos que respaldan cada decisión; el Banco de Inglaterra hace lo propio; pero el Banco Central Europeo (BCE), no. Las reuniones del Consejo del Banco no están para ser oídas o leídas por el resto de los mortales. ¿Por qué? El Bundesbank (Buba) no es partidario, dicen los pragmáticos obedientes. El motivo que se deja traslucir es que un conocimiento exacto de las reuniones del banco excitaría la lujuria de los lobbies y acrecentaría sus presiones. No es una razón convincente; equivale a decir que el Consejo de la Fed está asediado —y quién sabe si corrompido— por los bellacos grupos de presión que buscan modificar los tipos de intervención a su antojo para lucrarse con el inside trading y la remuneración de los depósitos. Es más verosímil que la ocultación sea un subterfugio para proteger las presiones internas y las disensiones en carne viva de los consejeros del banco. Estamos ansiosos por asistir al docudrama.

Pronto podremos calibrar la calidad de tales argumentos. Aseguran dos miembros del Comité Ejecutivo del BCE (Joerg Asmussen y Benoit Coeure) que pronto empezarán a publicarse las actas de las reuniones del Consejo de Gobierno, y en ellas aparecerá “quién votó qué y por qué”. Podrían haber añadido el “para qué” y tendríamos la casuística completa. El caso es que el quién y el porqué son piezas básicas imprescindibles para entender la política monetaria, calcular sus efectos y explicar sus éxitos o sus fracasos. Si la política fiscal o la de empleo están sometidas a debate público, la política monetaria también debería estarlo.

No es imperativamente necesario un gran debate político sobre la publicación de las actas. Todos los Gobiernos saben que es un paso inevitable. Por otra parte, tampoco se requiere un gran movimiento logístico de Parlamentos e instancias políticas para decidir su publicación; el Consejo de Gobierno del BCE tiene potestad para cambiar los estatutos y difundir sus debates. Así que cuanto antes se resuelva la publicación, mejor. Incluso es posible que así mejore la imagen del Buba.