Los brasileños también están indignados con sus medios
Esta entrada ha sido escrita por Saviano Abreu. La versión original de este texto fue publicada en su blog.
Contra-publicidad con logo de la Rede Globo, donde se lee: "Sonría, usted está siendo manipulado".
¿Revolución, revuelta, alzamiento de la clase media brasileña? Especialistas de todo el mundo se esfuerzan para intentar explicar las históricas manifestacionesque siguen tomando las calles de Brasil desde hace unas semanas. Y aunque el gobierno ha movido las primeras fichas, es difícil prever los resultados que tendrá esa ola de protestas ciudadanas. Lo que no resulta tan imposible es visualizar algunos cambios reales que parecen empezar a geminar en la mentalidad de la población brasileña.
Uno de ellos, todavía incipiente pero fundamental para construir esa democracia que la ciudadanía está pidiendo en la calle, es la manera en que las brasileñas y los brasileños empiezan a mirar a los medios de comunicación. Las consignas contra la manipulación de los grandes medios han estado presentes en todas las protestas.
Es verdad que el malestar contra los medios por parte de un reducido grupo de pensadores ya viene de lejos, desde la dictadura. Pero para el ciudadano de a pie es complicado ver desde fuera y salir de esta burbuja, de esta realidad paralela creada por prácticamente todos los grandes grupos mediáticos del país.
El imperioGlobova en cabeza. Es la principal cadena de televisión del país, dueña también de un extenso número de diarios, revistas y radios. Su particular y conservadora forma de contar la realidad es capaz de crear una anestesia colectiva hacia las causas que realmente importan. Y detrás de ella van las principales cadenas de televisión del país, los periódicos, las revistas, dominados por un reducido grupo de diez familias desde antes de la dictadura. Estos grupos conservadores frenan el debate público y lo destierran en los medios alternativos y residuales. Los movimientos sociales son voces silenciadas. De las mujeres, negros y gais sólo escuchamos los estereotipos.
En Brasil resulta prácticamente imposible escuchar hablar de política en los telediarios. Si aquí en España por más desinformada que sea una persona, por lo menos puede hablar mínimamente sobre lo que pasa en el parlamento, o las decisiones que toman los diputados de su Comunidad Autónoma, en Brasil este tipo de crónicas apenas ocupan espacio en los informativos. En los periódicos priman las noticias de sucesos, el impulso al consumismo, las tecnologías y el entretenimiento. La sección de internacional con mucho esfuerzo ocupa una página de cualquiera de los importantes diarios de un Estado brasileño. Es la guerra por despolitizar a la ciudadanía.
Por eso me ha sorprendido muy gratamente ver por las redes hashtags como #GloboManipula, escuchar convocatorias de asambleas para debatir la democracia en los medios y ver un sinfín de convocatorias en facebook llamando al boicot a Globo y otros medios, algunos con más de 1 millón de personas apuntadas.
Espero que la presión obligue a estas grandes empresas a repensar sus prácticas. Pero haciendo un barrido rápido por los más importantes portales de información brasileños en internet, sigo encontrando entre sus principales titulares temas como fútbol o alguna noticia de sucesos. Y si bien es posible encontrar en algún rinconcito casi escondido análisis de las respuestas del gobierno a las protestas, las noticias de las manifestaciones aún tienen en sus titulares el vandalismo, los problemas que causan en el tránsito y otras cosas menos importantes que las razones que llevaron aquella multitud a la calle.
Es hora de que el Gobierno afronte también la reforma de los medios de comunicación, democratice las concesiones públicas y, desde luego, repiense su prácticamente recién creadatelevisión pública, que ni siquiera tiene alcance nacional.
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