El hijo de la multimillonaria Brooke Astor entra en prisión a los 89 años
Anthony Marshall fue condenado en 2009 por administrar de forma fraudulenta la fortuna de su madre, que ascendía a unos 200 millones de dólares
El Tribunal Supremo de Nueva York ha decidido encarcelar al hijo de la multimillonaria Brooke Astor, Anthony Marshall, condenado en 2009 por falsificar la firma de su madre en su testamento; robar parte de su fortuna, unos 185 millones de dólares, y adjudicarse un sueldo de un millón de dólares por administrar las finanzas de su progenitora cuando esta padecía alzhéimer. A sus 89 años, Marshall se ha convertido en el cuarto preso con más edad de este Estado.
Su abogado, Francis Morrissey, de 72 años, fue inculpado en el mismo caso y ambos cumplirán una pena de prisión de entre uno y tres años. Aunque su condena se resolvió hace cuatro años, ambos habían permanecido en libertad a la espera de que finalizara el proceso de apelación que presentaron conjuntamente ante el alto tribunal. Un punto final que llegó la semana pasada cuando los jueces decidieron no revisar el caso.
"Los dos acusados, declarados culpables de varios delitos contra una víctima anciana, comenzarán a cumplir su condena tres años y medio después de ser castigados", destacó en un comunicado el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance. "Esta sentencia dará la voz de alerta y despertará la conciencia pública sobre una epidemia silenciosa, como es el maltrato a los ancianos", agregó Vance.
Marshall, hijo único de Brooke Astor, padece la enfermedad de párkinson y acudió a la vista en silla de ruedas y acompañado por su mujer. Tras la lectura de la sentencia, fue detenido y traslado de inmediato a prisión. Sus abogados habían alegado durante la vista que "su encarcelamiento podría precipitar su muerte". "En los últimos años, nuestro defendido se ha sometido a una cirugía mayor de corazón, tuvo una pequeña lesión cerebral durante el juicio y además está enfermo", indicaron. El alto tribunal ignoró estos comentarios.
El encarcelamiento de Marshall le va a salir caro a Nueva York. En este Estado, cada preso cuesta un promedio de 60.000 dólares al año, una cifra que aumenta hasta los 200.000 dólares si el recluso es mayor de 55 años, ya que suelen necesitar una atención médica más especializada. La mayoría de las cárceles no cuentan con un buen equipo e instalaciones sanitarias adecuadas para tratar enfermedades como la demencia o problemas de salud graves que puedan surgir. Si esto ocurriera, Marshall debería ser traslado al hospital, lo que encarecería el coste.
El primer juicio, conocido como el caso Astor entre la prensa estadounidense, empezó unas semanas antes del fallecimiento de Brooke Astor, en agosto de 2007 a la edad de 105 años. Fue el propio hijo de Marshall, Philipp Marshall, quien le denunció por no cuidar a su madre de forma adecuada -“por mantenerla en condiciones miserables”, argumentó- y de gestionar de forma fraudulenta su fortuna.
Brooke Astor era la heredera de John Jacob Astor, de origen alemán y primer millonario de EE UU. John Astor hizo su fortuna en el comercio del cuero, entre otros sectores, en el siglo XIX. Conocida como una de las mujeres más respetadas entre la alta sociedad neoyorquina por sus labores filantrópicas, la fortuna de Brooke Astor se estimó en unos 200 millones de dólares en el momento de su muerte.
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