Brooke Astor, filántropa y mecenas del arte
La ciudad de Nueva York fue el centro de sus inversiones culturales y de beneficencia
Nacida Brooke Russell el 30 de marzo de 1902, en Portsmouth, New Hampshire, hija de un militar estadounidense de alto rango, pasó una infancia feliz entre China, Panamá y Hawai -los destinos a los que era enviado su padre el general John H. Russell-, antes de casarse a los 17 años con Dryden Kuser. Su primer matrimonio duró 11 años y le dejó un hijo, Anthony, antes de divorciarse en 1930. Dos años después volvía a casarse, esta vez con Charles Marshall, que adoptó a su hijo, y con el que fue muy feliz durante 20 años. A su muerte, sin dinero, se puso a trabajar en la revista House & Garden.
En 1953, su tercer marido la introdujo definitivamente en la alta sociedad neoyorquina. El multimillonario Vincent Astor era el hijo y heredero de John Jacob Astor, un próspero empresario inmobiliario y comerciante que murió en el hundimiento del Titanic, en 1912, tras haber amasado una de las fortunas más antiguas de Estados Unidos. Formaban parte de Los Cuatrocientos, la flor y nata de la ciudad de los rascacielos; un mundo que había estado cerrado a cal y canto y empezaba a abrirse a los advenedizos a golpe de talonario.
Tras la muerte de Vincent Astor en 1959, Brooke se reinventó a sí misma, según declaró en varias ocasiones y se convirtió en la anfitriona más importante de Nueva York. Encontró su vocación en el mecenazgo y la filantropía y destinó gran parte de la herencia de su marido -que ascendía a unos 120 millones de dólares-, a una fundación a través de la cual aportó a lo largo de los años alrededor de 200 millones para las instituciones que consideraba las "joyas de la corona" de Nueva York, como la Biblioteca Pública, el Museo Metropolitano de Arte, la sala de conciertos Carnegie Hall, el Museo de Ciencias Naturales, Central Park y la New York Zoological Society, así como otros proyectos menores, como el teatro Apollo de Harlem y la preservación de iglesias y edificios históricos.
Pero sobre todo financió numerosas obras sociales y de beneficencia, como viviendas para familias sin hogar y programas para fomentar el empleo y la educación.
Hace unos meses Brooke Astor se convirtió en el centro de atención de toda la prensa debido a que su nieto, Philip Marshall, -que tiene en su círculo más íntimo de amigos a David Rockefeller, Henry Kissinger y Oscar de la Renta-, presentó una demanda contra su propio padre, Anthony Marshall, de 83 años, en la que acusaba al único hijo de Brooke Astor y encargado de su cuidado, de recortar el gasto en medicinas, atención médica o compra de ropa. El nieto alegaba además que las condiciones de falta de limpieza, frío y acondicionamiento de la casa de su abuela en Park Avenue eran inadmisibles y que su padre se había apropiado de gran parte del dinero y de la colección de arte de su abuela.
Tras el escándalo desencadenado por la demanda judicial, se llegó a un arreglo tres meses después: Anthony Marshall fue reemplazado como custodio legal por la banca JP Morgan en todo lo referente a las finanzas y por Annette de la Renta, esposa del diseñador de modas Oscar de la Renta y una de las mejores amigas de la anciana, que se ocuparía de su bienestar. Brooke Astor dejó inmediatamente Park Avenue y se fue a vivir a su mansión de Briacliff Manor, al cuidado de sus amigos.
Brooke Astor (Portsmouth, New Hampshire, 1902) miembro de una de las familias más influyentes de Nueva York, murió el lunes, 13 de agosto, en su mansión de Holly Hill, en Briacliff Manor, Nueva York, a consecuencia de una neumonía. Tenía 105 años.
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