Anticipo de futuras amenazas
Los hermanos Tsarnaev encajan en el perfil de un peligro creciente para las comunidades de EE UU: jóvenes desafectos, propensos a caer en una forma u otra de radicalismo
Nadie en Boston olvidará la persecución de dos hermanos sospechosos del atentado en el maratón. (...) La cooperación entre autoridades, víctimas y una población comprometida dejaron claro que los terroristas no podrían rehuir su responsabilidad.
En las cámaras de vigilancia, los hermanos Tsarnaev parecen jóvenes corrientes de cualquier parte del país. Pero también encajan en el perfil de un peligro creciente para las comunidades de EE UU: jóvenes desafectos, propensos a caer en una forma u otra de radicalismo, que esperan descargar sus frustraciones con una matanza. Esa es la amenaza que Boston y EE UU enfrentarán en el futuro inmediato. A medida que las redes globales, como Al Qaeda, pierden a sus líderes y su capacidad de maniobra, cobran importancia grupos más pequeños e incluso individuos con armas caseras. Los hermanos son justo el tipo de jóvenes que esas redes buscan: brazos ejecutores limpios, que no estén en las listas de vigilancia. Pero también podrían haberse radicalizado por su cuenta, como el capellán que perpetró el ataque en Fort Hood. (...)
La responsabilidad de evitar que esos jóvenes abracen el radicalismo recae en sus familias, sus comunidades y, en última instancia, en las fuerzas de seguridad. Irónicamente, ambos hermanos disfrutaron de la educación superior pública de Massachusetts. Cambridge, con su ferviente apoyo a la diversidad, parecía entre los entornos más hospitalarios para los extranjeros, y los musulmanes practicantes. Sin embargo, parece que los Tsarnaev encontraron el radicalismo. O el radicalismo los encontró a ellos.
Boston, 20 de abril de 2013.
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