La tasa de alcoholemia de Ortega Cano era el triple de lo autorizado

Mojarse los labios con una copa de cava versus embriaguez completa. El torero José Ortega Cano va a tener complicado demostrar que no había bebido nada de alcohol la noche del 20 de mayo de 2011, en la que protagonizó un accidente mortal por el que esta semana ha empezado a ser juzgado. Cuatro peritos declararon este viernes durante el juicio que el diestro registraba en el momento del choque una tasa alcoholemia cercana a los 1,63 gramos de alcohol por litro de sangre, el triple de lo permitido. Los peritos añaden que esa intoxicación equivale a ocho o 10 cervezas, a cuatro o seis vasos de vino o a cuatro o cinco copas de licor, informa Efe. La prueba se realizó casi tres horas después.

Nada más lejos de no haber probado ni una gota. “Esa noche solo me mojé los labios con una copa de cava”, ha declarado Ortega Cano durante el juicio, por el que está acusado a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente y dos delitos contra la seguridad vial. “No vengo aquí a decir ninguna mentira”, ha añadido en su defensa. Pero las pruebas de alcoholemia y la declaración de varios testigos le hacen más que difícil demostrar al juez que el alcohol para él es “veneno” y que no es compatible con su medicación, como ha añadido durante su declaración. “Lo que yo les diga es la pura verdad. Lo que haya salido en los exámenes de la sangre, será o no será”, remarcó.

Su tesis choca también de frente con la de dos camareros que le atendieron esa noche. Uno de ellos recuerda que el torero iba “tambaleándose, incapaz de mantenerse en pie y sin poder abrir la puerta de su coche”. Y el segundo declaró que “balbuceaba y le costaba hablar”. Por el juicio han pasado también otros testigos que le vieron en actitud “normal” a esas horas y en condiciones para conducir. Toxicología ve “imposible” que quepa tanto alcohol en media copa de cava.