El periodismo que cuenta

Armados de gafas de pasta y falsos smartphones, las fuerzas vivas de este blog nos hemos pasado los tres últimos días en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca. Una ocasión poco común para mezclarnos con esta tribu de la que somos primos hermanos. El del periodismo -ya lo saben bien en esta casa que nos acoge- es un sector cuyo modelo de negocio se encuentra sujeto a una transformación tectónica. Eso nos interesa. Pero además del negocio, también está en juego el propósito mismo de la profesión y su contribución a la sociedad. Y eso nos interesa más.

Porque esto funciona así: sin periodismo de calidad no hay modo de hacer llegar a la sociedad la información que necesita para resolver sus problemas. No hay nada publicitario en la pobreza infantil, los desahucios, la violencia, la trata de inmigrantes o la contaminación de los ríos. Importan mucho a quienes lo padecen y a los luchan contra ello, pero no llegan por sí solos a los noticieros. Es la obligación del periodismo encontrar esas historias, investigarlas, exponer sus datos y trasladarlas al conjunto de los ciudadanos y a las autoridades, que después pueden hacer algo al respecto. El hecho de que el buen periodismo de fondo haya sido escaso hasta ahora explica mucho de la ignorancia y del deterioro del debate socialen este ámbito.

Decía Carlos Spottorno en la presentación de The PIGS -el reportaje fotográfico del que les hablábamos el otro día- que dentro de algún tiempo tendremos que echar la vista atrás y preguntarnos si en este momento de nuestra historia cumplimos con nuestra responsabilidad. Por el Congreso de Huesca han desfilado profesionales y proyectos que, pase lo que pase, podrán sentirse orgullosos de lo que han hecho. Gente como Alfonso Armada, Bru Rovira o Gumersindo Lafuente, que insisten en dignificar la profesión del periodismo arriesgándose en proyectos que hablan de asuntos menos espectaculares pero más importantes. FronteraD, Periodismo Humano, The Guardian Development y Alternativas Económicas son solo cuatro ejemplos de estos nuevos modelos de información (fíjense que no hablo de blogs, que no somos más que opinadores sofisticados).

Y están los medios independientes latinoamericanos, lo que más he disfrutado de este congreso. Como decía un amigo, son los periodistas "que ya vienen llorados de casa", porque en Colombia, Guatemala o El Salvador la información veraz cuesta en ocasiones la libertad y la vida. Pero lo que han mostrado en Huesca es mucho más que valentía: es periodismo de altísima calidad, con análisis, investigación y tratamiento de datos. Espoleados por la Fundación García Márquez y apoyados por financiadores tan variopintos como los jesuitas o George Soros, medios como Plaza Pública, ElFaro.net, El Puercoespín o La Silla Vacía no quieren llegar antes, sino llegar mejor a los asuntos y exponer sus reportajes de forma indepediente. En ellos encontrarán a algunos de los mejores narradores de su generación, poniendo el ojo en asuntos que pasan casi desapercibidos para todos los demás. Son el periodismo que cuenta de verdad, el imprescindible.

[El congreso está organizado desde hace 14 años yde manera impecable por Fernando García Mongay. No dejen de echarle un vistazo a eCícero, su editorial de relatos y entrevistas periodísticas.]