Control para los bonus

Las retribuciones de los directivos, en particular los de la banca, vuelven a ser objeto de debate en Europa después de que los 26 cantones suizos aprobaran por referéndum el control de los sueldos y las indemnizaciones de los altos cargos de las empresas y de que la Unión Europea, con la oposición frontal del Reino Unido, alcanzara el martes un acuerdo para limitar los bonus o retribuciones especiales de la alta dirección de la banca. Es un gesto vital para los europeos, que están sufriendo las consecuencias de los ajustes fiscales, la recesión (profunda en el caso de España) y un desempleo elevado. Pero, así como en Suiza el referéndum obliga a aprobar una ley que permita a los accionistas vetar las retribuciones de consejeros y directivos, está menos claro que la norma final de la UE pueda soslayar la presión de la poderosa industria financiera londinense.

Y, sin embargo, la moderación de los bonus de los banqueros es una decisión coherente con la naturaleza y desarrollo de la crisis en Europa. Bastaría para sostener tal moderación el hecho de que gran parte de los rescates bancarios en el continente y, por cierto, en el Reino Unido, se han ejecutado con dinero público, que los contribuyentes no estaban obligados a prestar. También debe recordarse que la recesión y las dificultades extremas de los desempleados europeos tienen su origen en decisiones tomadas por bancos estadounidenses y europeos. Nadie discute que las entidades financieras sostenidas con dinero público en España hayan limitado el salario de sus ejecutivos; el mismo argumento cabría aplicar a los bancos europeos que se han salvado gracias a los fondos públicos, puesto que ese rescate da derecho a los gobiernos y a las autoridades europeas a velar para que no se repitan las condiciones de otra crisis bancaria.

Los argumentos en contra de las autoridades británicas son poco convincentes. Si, como teme George Osborne, la norma europea hará que aumenten los salarios de los banqueros, sería tarea de los accionistas y de la propia norma evitar que tal contingencia ocurra. Asegura además el ministro de Finanzas británico que los controles dificultarán “que sean los bancos y no los contribuyentes los que paguen cuando hay un error”. Pero los precedentes demuestran que con el sistema vigente, libre y sin limitaciones, los contribuyentes han pagado una parte considerable del “error”.

Los suizos han extendido las cautelas salariales a los ejecutivos de todas las empresas. En realidad, lo que aprobó la consulta es seguir un método que debería ser normal en todas las compañías: que sean los accionistas quienes controlen, a través de una comisión de retribuciones formada por independientes y un conocimiento detallado de todas las partidas salariales, cuáles son las retribuciones del consejo y de la dirección. Desgraciadamente, esta no ha sido la práctica societaria normal en los últimos años y por eso se han dado casos como el del expresidente de Novartis, Daniel Vasella y su indemnización de 58 millones que escandalizó a los suizos.