Una iglesia salvada por los muebles (y convertida en biblioteca)
FOTOS: Fernando Alda
La iglesia sevillana de Santa Lucía fue levantada en el siglo XIV. A sus tres naves –una central cubierta a dos aguas con teja árabe y dos laterales, más bajas, que vierten a un único lado-, se fueron añadiendo cuerpos anexos en las sucesivas modificaciones. Junto a una de las naves se levantó por ejemplo una pequeña capilla con el ábside ligeramente chafado, posiblemente por una medianera. También en el lado sur se sumó a la iglesia una pequeña construcción de dos plantas. Como en tantos templos, las modificaciones, y agresiones, fueron habituales en la historia de este edificio, sobre todo desde que en 1868 la iglesia fue incautada por el Estado y vendida a un particular.
Así se mantuvo el edificio hasta que, en la década de 1980, comenzó a limpiarse de añadidos menores y hace un lustro se sanearon las filtraciones de agua de los muros y las cubiertas. De este modo, la última labor del arquitecto Miguel Bretones para cambiar de nuevo el uso del edificio y convertir la antigua capilla en el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía consistió en adecuar los restos del templo a un espacio cómodo y con una temperatura adecuada para poder trabajar en él. La climatización, fundamentalmente, y la ubicación de aseos y despachos en la arquitectura existente (el cuerpo de dos plantas que había sido añadido) fueron las decisiones más lógicas.
La obra es así un trabajo de aprovechamiento de lo existente y también de distribución de la gran sala formada por las tres naves de la iglesia y la capilla lateral. Ese fue, en realiad, el proyecto. Y para organizar ese gran espacio Bretones echo mano del mobiliario.
Una red de estanterías y mesas de trabajo distribuye ahora el espacio trazando zonas diversificadas para distintos usos. Bretones del Pozo considera que así, con una pequeña inversión, se consigue resolver las nuevas necesidades del centro sin caer en grandes desembolsos y, sobre todo, evitando una nueva acción agresiva en un edificio que forma parte de la historia de la ciudad. De este modo, es el gran mueble el que salva a la iglesia. Y el que la convierte en biblioteca.
Coste del proyecto (sala principal, la de mayor intervención) según arquitecto: 550€/m2
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