Gira el mundo gira

Hace mucho tiempo, antes incluso que las multimillonarias quiebras financieras y sus correspondientes rescates, que la humanidad cuenta por miles de millones. Este año, por ejemplo, según las estadísticas, llegó al mundo el ciudadano que completaba la redonda cifra de los 7.000 millones de habitantes compartiendo al mismo tiempo este planeta. Ayer, estadísticamente hablando, se alcanzó la cifra récord de los mil millones de turistas en un solo año. Así lo asegura la Organización Mundial del Turismo (OMT), una agencia de la ONU con sede en España que, rescatando del baúl de los recuerdos los usos de los años sesenta, premió con una simbólica placa a una británica llamada Dale Sheppard-Floyd.

El récord de turistas internacionales también se festejó en otros países agasajando a los turistas porque, como bien dijo la OMT, es imposible saber de dónde provino y adónde llegó ayer el turista que realmente completó tan mágica cifra.

España, con una de las industrias turísticas más potentes del mundo, hace tiempo que pasó también a las grandes cifras. De los consejos para tratar bien al maná del desarrollismo y cantar las excelencias del turismo en cancioncitas pop, se ha pasado también a los millones. Según cálculos oficiales, este año habrán pasado por el país hasta 57,8 millones de extranjeros que de seguro aliviarán las penurias de muchos negocios y elevarán los ingresos públicos. Porque como recordaba ayer la OMT, del turismo a nivel mundial dependen uno de cada doce puestos de trabajo y el 30% de las exportaciones de servicios.

Todas estas cifras vienen a indicar que nuestras sociedades se mueven más que nunca. Este año, uno de cada siete habitantes del planeta ha traspasado una frontera por puro placer. Es verdad que como todas las estadísticas habrá quien sume por tres mientras el vecino computa como turista aunque no se haya movido de casa. La cuestión es que hacer turismo es ya una parte esencial de nuestras vidas —especialmente de la de los europeos— y que ese placer genera riqueza. La OMT lo tiene claro: compre algún artículo local allá donde vaya. Será una estupenda aportación para que el mundo y sus terrícolas sigan girando.