Presupuestos sociales
En el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2013 afirma el ministro Cristóbal Montoro que “son los presupuestos más sociales de la historia”. Bien, ¿dónde vive Montoro? ¿A qué ambulatorio acude con su tarjeta sanitaria pública? ¿En qué colegio público o en qué instituto estudian sus hijos? ¿En qué hospital público se cita cuando necesita una resonancia magnética o, su esposa una revisión ginecológica preventiva? ¿En qué centro de servicios sociales tiene solicitado para sus mayores la declaración de dependencia?
Quizás no sea un centro de salud donde la cita para medicina general, tras un problema de la noche anterior, se demore tres días. Quizás no sea un colegio donde se han suprimido los profesores de compensatoria o no se cubre una baja hasta pasados 15 días. Quizás no sea un instituto donde las clases de bachillerato se encuentran con 35 alumnos y casi no existen pasillos entre las mesas. O tal vez no sea un hospital donde la cita para una resonancia magnética demora seis meses. Tal vez su esposa no aguarde pacientemente dos años para una revisión ginecológica preventiva (sí, esa tan recomendada por todos los expertos sanitarios, incluida la propia ministra y la anterior presidenta de la Comunidad de Madrid). Quizás sus mayores no esperen cerca de dos años para recibir la declaración de dependencia y, con ella, la hipotética ayuda económica.
Por favor, ¿dónde vive, señor Montoro? Porque, si sus palabras fueran simple demagogia, por favor, deje de tomarnos además por estúpidos; y si se deben a que vive muy lejos de la realidad cotidiana deje de sonreír, por favor, a quienes sí estamos en ella.— Gabriel Pérez Pérez.
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