¡Viva Gürtel!
Al PP no le frena nadie en este impulso involutivo

Si en la ingente tarea de desactualización de España impulsada por Rajoy no colaboramos un poco el resto de los ciudadanos, caeremos una vez más en los excesos modernizadores que tanto daño nos han hecho a lo largo de la historia. Ayer mismo estuve en una estación de autobuses en la que increíblemente no vi a nadie con una maleta de cartón. Pensarán ustedes que no es más que una anécdota. De acuerdo, pero es una anécdota significativa, como la de que nos hayamos cargado de un plumazo a Dívar. ¿Creen que fue fácil, pese a la colaboración de Zapatero, colocar al frente del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial a un beato de posguerra convencido de que los recursos públicos deben ponerse al servicio de las necesidades privadas, siempre y cuando hablemos de las necesidades privadas de la autoridad competente? Pues no, no lo fue porque abundan los radicales empeñados en que nos deslicemos hacia una democracia real. ¿Hay forma de desmodernizar este país con el carácter autodestructivo que nos caracteriza? ¡Qué aversión tan insana hemos desarrollado hacia la caspa! Se descubre, por poner otro ejemplo, que nuestra banca pública ha sido un nido de ladrones, que es lo normal y lo deseable en un país sanamente desmodernizado, y llega un partido pequeño y denuncia los hechos en el juzgado de guardia. Pero, hombre, hombre, ¿no habían visto ustedes que el principal partido de la oposición no había dicho nada? Por algo sería. Y así todo. Menos mal, ya decimos, que al PP no le frena nadie en este impulso involutivo, de ahí que reprima las manifestaciones pacíficas con más violencia que las agresivas o que trate con guante blanco al defraudador y con mano de hierro al contribuyente honrado. En dos palabras, a la mierda los enfermos, los pobres y los viejos y bienvenidos por fin los chorizos de siempre. ¡Viva Gürtel!
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