Israel quiere fichar a Woody Allen
Se inicia una campaña en diversos medios israelíes para que el cineasta judío ruede en el país y lo promocione
Primero fue Londres con Match Point, luego Barcelona con Vicky Cristina, más tarde París con Medianoche en París. Ahora le toca a Roma. Woody Allen ha embellecido estas ciudades con su cámara y las ha paseado por el mundo en su mejor forma. Los israelíes se preguntan, ¿por qué no también nosotros? ¿por qué el cineasta judío más célebre no viene y exporta la marca Israel al resto del mundo?
Una campaña del diario Jewish Journal ha decidido tomar cartas en el asunto y pelear por traer al director neoyorquino a Israel, para que grabe una película en Tel Aviv o en Jerusalén. Lo han llamado El proyecto Woody Allen-Israel y lo que pretenden es recaudar fondos para lograr persuadir al director de que ponga pie en el Estado judío. Rob Eshman, director del diario explica en una columna que Allen le ha explicado a la prensa internacional que ha rodado en Reino Unido, Francia y España porque allí es donde está el dinero. Eshman calcula que 18 millones de dólares bastarán para convencer al director de cine y ha lanzado una ofensiva multimedia para conseguir el dinero.
“A todo al que le importen las grandes películas e Israel debe donar unos cuantos dólares”, pide Eshman, quien califica a Allen como “un hombre que ha hecho mucho para definir la imagen del judío de hoy en día”. La campaña incluye un video clip en el que la bella actriz israelí Noa Tishby le pide a Allen que venga; le dice que hasta donde ella sabe, él nunca ha viajado a Israel, y que se muere de ganas de ver qué cara pone al ver Tel Aviv o Jerusalén. Tanto, que está dispuesta a pagar y a pedir que otros paguen por verlo.
La propuesta ha creado un cierto debate en Israel, un país que emplea tremendas sumas de dinero en mejorar su imagen exterior. En un extenso artículo publicado en el diario israelí Haaretz, Allison Kaplan Sommer detallaba las razones de por qué no hay “que sobornar a Woody Allen para que venga a rodar a Israel”. Argumenta Sommer que si en 76 años el cineasta no ha mostrado interés en venir a Israel, por qué ella ni ningún otro israelí tiene que “sobornarlo” para que venga. Además, piensa, Allen no le ha hecho ningún favor “a la hora de definir al imagen de la mujer judía”, al contrario de lo que sostiene Eshman.
Allen de momento no se ha pronunciado sobre el asunto. Los israelíes ignoran si el cineasta que ha llevado el judaísmo a las pantallas con más insistencia que ningún otro está deseando rodar en Israel o si por el contrario no lo haría ni por todo el oro del mundo.
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