Compromiso y música (XVII): Yannick Ngombo
Hace poco Angola ha celebrado 10 años de paz. Ahora, el país es utilizado como ejemplo de milagro económico. Desde el final de la guerra el país está creciendo a ritmos acelerados gracias a la exportación de sus materias primas; principalmente el petróleo.
O pais está a mudar mas a mentalidade não (El país está cambiando, pero la mentalidad no), dice Yannick Ngombo, líder del grupo de rap Afroman. Se trata de un rapero angoleño que utiliza su música para criticar la realidad de división, pobreza y marginación que caracteriza a más de la mitad de la población de su país. A pesar de la transformación que experimenta Angola, sobre todo la capital Luanda, la vida y las actitudes de los angoleños no cambian. Justo comenzamos con este tema Mentalidade.
El país está cambiando, pero la mentalidad no.
Todo para ver que hoy la gente ya no huye de los coches,
Los coches huyen de ella.
Si te roban o asaltan
Se quedan mirando, nadie te ayuda.
Después de que pase, es cuando vienen:
¿Qué pasó?
El angoleño es solidario
El coche se te estropea en medio de la carretera,
En lugar de ayudarte o esperar, todos tocan la bocina.
¡Saca esa lata de ahí, hombre!
Hoy si tu vecino llora o está enfermo,
No vale la pena ir a preguntarle.
Sea lo que tenga, no va a decirte a la verdad
Y en el corazón va a pensar:
Soy un chismoso.
¿Quieres saber por qué?
Este es el mal de nuestra raza,
En cuanto tenemos un poco
Dejamos de ser humildes
Hasta hace gracia.
Sólo porque pasó un tiempo en Portugal,
Ahora, en cuanto tiene oportunidad:
“Nosotros allí, en Portugal...”
Hasta la manera de hablar cambia.
“Mira, yo hablo así”.
“¿Desde cuándo, si te criaste conmigo?
¿Por qué ese cambio amigo mío?
Yannick Manuel Ngombo empezó su carrera musical en solitario, cuando vivía en París, allá por el año 1989. En 1995 se unió a Mumu y Ketess para formar el grupo Afroman. En 1999, lanzaron su primer tema, Tá calor. Desde entonces se ha hecho muy popular en los países africanos de lengua portuguesa, pues los jóvenes se identifican con las letras de unas canciones que muestran su realidad cotidiana. Un ejemplo lo podemos encontrar en Possas, donde con sentido del humor narra las aventuras y desventuras que ocasionan los cortes de luz en los barrios de Luanda. Possas es una interjección popular, utilizada para mostrar decepción.
La luz aquí es solo a base de apagones,
En el barrio todos trabajan en la red renovada,
Para nada
A todas horas subido en el poste o en el techo
Por encima del tejado, te faltan al respeto
En el gueto (barrio)
Allí no se lanzan redes ni anzuelos
La pesca es con alicates y busca polos.
No hay duda del genio creativo de este artista que consigue fusionar el más puro rap, con sonidos latinos y pasarlos por el tamiz de la música tradicional angoleña. Sus letras reflejan el hablar de la gente de los barrios populares de Luanda, los musseques, y describen el día a día de sus gentes y los problemas a los que estas se enfrentan. Este es el caso del tema Amanhã mais (mañana más de lo mismo), donde describe las vicisitudes del amigo que presta dinero y nunca consigue recuperarlo.
Yo estaba tranquilo en casa.
Apareció un colega mío,
Estaba desesperado.
“Hermano, ¿me prestas algo de dinero?
Mi hijo está en el hospital”.
“No te voy a mentir hermano,
Estoy en las últimas.
Los únicos cien (dólares) que tengo,
Ya hice planes.
Si me lo hubieses dicho antes...”
“Hazme el favor, hermano, ayúdame”.
Vi que realmente el hombre estaba en apuros.
“Está bien, voy a prestarte,
No hay problema”.
“Eh, eres un buen amigo, eh.
No te alejes, eh,
El lunes sin falta te los devuelvo,
Muchas gracias”.
El lunes pasó, no vino
Ni dio señales de vida.
Martes, miércoles, el jueves le llamé:
“¿Qué pasa, me vas a dejar mal?”
Pensé que me diría:
“Cálmate, disculpa”.
Se pone ahora a gritarme:
“¡Tranquilo!
¿Crees que voy a huir por causa de cien dólares?
De todas maneras, ¿qué son cien dólares?”
Ajá, ahora, al final es así:
Cuando haces el bien, te hacen el mal.
“¡Cien dólares! ¡Si sólo es eso!”
“¡Eh, negro, eh!
Está bien, entonces apresúrate,
Sólo paga y se acabó”.
“O llámame mañana, o pásate por mi casa, ok?
Cuando es para prestar en la aflicción,
Hasta te piden por favor y mucho más.
Pero a la hora de pagar,
Tienes tú que andar detrás.
Ahí comienza el baile:
Ya no te atiende el teléfono,
Cuando vas a su casa,
Manda decir que no está.
En la calle basta verte,
Te frunce el ceño
Para que no le cobres.
Y yo que soy puro pesado:
“¿Qué pasa, entonces, con mi dinero?”
“No me cobres así, voy a pagarte”.
“¿Hasta cuándo? ¡Desde el año pasado!”
En las letras de Yannick Ngombo podemos ver las contrariedades de la nueva sociedad que está surgiendo en Luanda tras los años de paz y desarrollo económico. Una realidad llena de desigualdades donde se mezclan los coches más lujosos y los últimos modelos de móviles con la falta de infraestructuras básicas en los barrios periféricos.
Si algo recorre todos los temas de Yannick Ngombo, es una profunda ironía que combina magistralmente con pinceladas de humor, con la intención de plasmar la mentalidad del angoleño, a la vez que cuestiona su forma de ser y de actuar.
También nos presenta, con mucho humor, la realidad social, la discriminación y el racismo de sus paisanos, que para subir en la escala social son capaces de renunciar a todo, hasta a sus raíces. El tema Realista es un alegato contra el racismo que se vive entre los angoleños y la obsesión de aquellos que triunfan en la vida de borrar sus rasgos negroafricanos.
No es necesario ir a Alemania,
Brasil o Portugal,
En Angola el negro discrimina al negro igual.
Ningún blanco quiere ser negro,
Pero la mayoría de los negros quieren ser blancos.
(…)
Hay muchos prejuicios,
En Angola sólo no tenemos complejo
En la bebida y en el sexo.
Yo no soy racista, soy realista.
El angoleño necesita una lección de moral
Para liberarse
De la esclavitud mental.
(…)
La verdad duele,
Pero construye.
Me puedes llamar
Hasta ingenuo,
Tonto o anticuado,
Pero una cosa es cierta,
Nuestra sociedad
Necesita un cambio
De mentalidad.
No es fácil encontrar información sobre este cantante. Yo lo he conocido gracias a mi amigo Ramón Aguadero, de Málaga, que utiliza sus letras para hablar de las nuevas formas de la oralidad en Angola. De hecho, las traducciones de las canciones son suyas.
En el tema A luta (la lucha), Yannick Ngombo describe la realidad del paro que viven tantos jóvenes que, a pesar de su formación, no encuentran un trabajo digno y luchan para salir adelante de forma honesta. Al mismo tiempo denuncia las ideas machistas que todavía impregnan la sociedad angoleña. A veces, da la impresión de que él mismo cae en esa actitud.
Cuando el hombre es el que se queda en casa,
La mujer la que trabaja,
Lo juro, tienes que tener carácter.
Además de perder la autoridad de los hijos,
A la mínima, tu mujer te falta al respeto.
(…)
Ya viene tu hijo hambriento a reclamar:
“Porra, ¿nosotros tampoco comemos?”
A ti como padre, cuando escuchas eso, ¡te duele!
Cuando conoces bien un trabajo
Pero te ves obligado a hacer otra cosa
Para sobrevivir.
Cuantos hacen cursos
Que no les interesan.
Es vivir en una casa pequeña
Con los hijos durmiendo en el salón.
Te callas.
Además de dormir en el salón,
El colchón ya no está en condiciones.
(…)
Cuantos jóvenes quieren trabajar,
Pero no les dan oportunidades.
Cuántos este año no consiguieron estudiar
Por falta de dinero.
Puedes hasta acabar la facultad,
Pero si no tienes nada,
nadie te respeta.
(…)
Es sentirse viejo, aunque seas joven,
Es no tener fe,
Pero seguir rezando el Padrenuestro.
Es cansado ser pobre.
“Haz dieta”.
“¿Para qué? ¿Para ser elegante o gordo?
Hoy en día la belleza del hombre
Está en el monedero”.
Vamos a terminar con un tema titulado Coisa minima, que habla de lo difícil que es ser músico en Angola, como en la mayoría de los países africanos.
Podrán decir que la música no es una profesión.
Me encanta cantar,
Con este arte y hacer me gano mi pan.
Ser pobre o no…, o no, así soy.
Así me dicen para hacerme rabiar.
¿Debo avergonzarme por vivir en una casa alquilada?
¡No!
¿Debo avergonzarme por tener que ir a pie?
No tengo hoy, pero mañana tendré.
Poco a poco, paso a paso.
La mayoría de los que hoy triunfan
Vienen de abajo.
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