Recortes sociales
Trabajo con niños con vidas demasiado duras para su corta edad, experiencias difíciles de soportar por un adulto; pero ellos siguen con la ilusión y la fuerza propia de su infancia.
Mi objetivo es que mejoren en sus aprendizajes, afectados por su situación personal; pero, sobre todo, que las horas que transcurren en este espacio se sientan seguros, confiados y felices, evadiéndose de la dura vida que les ha tocado vivir, y puedo asegurar que funciona. A este lugar acuden gracias a las ayudas sociales que les corresponden por su situación personal y familiar, y que son necesarias para sus necesidades básicas diarias.
Cuando se habla de que lo primero que hay que recortar es lo social, y la mayoría de la sociedad está de acuerdo, deberían preguntarse a quién se lo están recortando. No estamos hablando de privilegios, hablamos de derechos y necesidades de la infancia. Todos los niños tienen sus derechos, no solo los de buen nivel socioeconómico; derechos que les pertenecen y es fundamental no privarles de ellos. Son el futuro y les dejamos de lado pensando que es más importante construir una carretera, comprar mobiliario para un centro o contentar a Europa. ¿Qué pasará? ¿En qué tipo de sociedad individualista nos estamos convirtiendo?
Yo les pregunto a los que recortan ¿pueden dormir por las noches?
Porque yo no.— Laura Rodríguez.