El ciberjuez de la discordia
Willy Munyoki Mutunga no es un hombre cualquiera, y esto por varios razones.
Es el Chief Justice de Kenia desde junio pasado, lo que se podría traducir como 'Juez jefe' y en España podría equivaler al presidente del Tribunal Supremo o del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Además, lleva pendiente. Parece una tontería pero no lo es: piensa qué diría la gente en España si el presidente del CGPJ luciera pendiente. Pues en Kenia es aun peor. De hecho, cuando fue nombrado, líderes políticos y religiosos dijeron que era inmoral que Mutunga llevara un pendiente, dudaron de su sexualidad y cuestionaron sus valores familiares. Así que el nuevo juez tuvo que defenderse públicamente: dijo que cree en la comunicación con sus antepasados y que éstos le habían pedido que llevara el pendiente como parte de su conexión con ellos. Y qué ocurre: que algunos que le criticaban aceptan y prefieren esta explicación a pensar -qué horror- que Mutunga lleva pendiente simplemente porque le gusta. Pero a mí que el juez se justificara de esta forma me parece una burla genial.
Por si fuera poco, en un principio Mutunga se declaró seguidor de creencias religiosas tradicionales, más tarde adoptó el catolicismo, después el protestantismo y en la actualidad se ha convertido al islam.
En su juventud, se le acusó de pertenecer a la extrema izquierda, en 1982 fue encarcelado por estar en posesión de un panfleto sedicioso y pasó un año en la cárcel. Más recientemente, y en lo que sería un giro político digno de un malabarista, se le ha acusado de querer avanzar la agenda neoliberal en Kenia.
Mutunga fue uno de los primeros kenianos nativos que dio clases en la Universidad de Nairobi pero se exilió a Canadá cuando salió de prisión. Desde allí, contribuyó a fundar la Comisión de Derechos Humanos de Kenia. Participó activamente en la naciente sociedad civil keniana y menos directamente en política tras su regreso al país cuando Kenia se abrió a una democracia multi-partidista en 1991. En 2004, se pasó al sector de las ONGs privadas al pasar a formar parte de la Ford Foundation, y de aquí vienen las críticas a sus políticas neo-liberales.
Pero sigamos. Mutunga tampoco es un hombre cualquiera porque es uno de los pocos altos cargos del Estado keniano que ha estado implicados directamente en la defensa de los derechos humanos. Ocurre que las familias poderosas de Kenia han hecho del clientelismo y del nepotismo un arte y son raros los puestos ocupados por personas ajenas a estos círculos y, más aun, por defensores de esa cosa llamada derechos humanos.
Willy Mutunga (Foto: Facebook)
Y aun más. Mutunga tampoco es un hombre cualquiera porque tras su nombramiento en junio se abrió cuentas en Twitter y Facebook y las ha estado usando bastante para enviar y contestar todo tipo de mensajes. Aunque Kenia es un país muy conectado, no es nada común que los 'poderosos' se dignen a dirigirse al pueblo mediante estas extrañas y modernas redes sociales. Excepto algún que otro político que las usa para hacer campaña, los 'poderosos' tienden a aislarse en sus burbujas de buena vida y a mezclarse lo menos posible con el populacho, ya sea en el plano digital o en el plano físico.
"Hola amigos, soy nuevo en el mundo de Twitter pero espero cogerle el truco. Mientras tanto, ésta es otra forma de contactarme". Así se presentaba Mutunga en Twitter, al mismo tiempo que en la información sobre sí mismo en Facebook decía: Llamadme Willy, lo que de nuevo choca en un país en el que quien -como Mutunga y su doctorado- tiene cualquier título (y muchos que no tienen) se hace llamar doctor o profesor. "Mientras continuamos llevando justicia a la gente (que son mis jefes), estoy deseando que me escribáis sobre diferentes cuestiones", de esta forma Willy seguía rompiendo moldes, ya que en Kenia la inmensa mayoría de los que ocupan posiciones de poder tienden a ver a la gente, al pueblo, más como sus 'siervos' que como sus 'jefes'.
"Estás en lo cierto sobre cómo oficiales del Gobierno perciben a la gente, pero deben cambiar porque de acuerdo con la nueva Constitución su autoridad les confiere 'la responsabilidad de servir a la gente más que el poder de gobernarlos'". Así me contestaba Willy por email, y es que a pesar de ser tan abierto y accesible no quiso hacer la entrevista en persona o por teléfono.
¿Por qué decidió Willy empezar a usar Twitter y Facebook como Chief Justice? "Para comunicarme con los kenianos, sobre todo con los jóvenes, sobre reformas judiciales y la implementación de la (nueva) Constitución". ¿Y cuáles son sus impresiones tras llevar usándolos casi ocho meses? "Que son una espada de doble filo y tengo que tener esto en mente constantemente y también pensar en la integridad del poder judicial."
El mensaje que envió y que más le gusta: "Una cita de uno de mis mentores, el difunto profesor Dani Nabudere: 'Para los pobres debe haber justicia y para los demás debe estar la ley'". Asegura que no se arrepiente de ningún mensaje enviado ni ha borrado ninguno porque todos se refieren a los temas que él quiere comentar y además les da muchas vueltas antes de publicarlos. Y dice que recibe mensajes de tres tipos, los que comentan las cuestiones que él quiere tratar, los que le apoyan y animan y los que son "despiadamente críticos" y que todos le gustan.
En realidad, la mayoría de mensajes que la gente deja en su Facebook o que le envían a través de Twitter son muy elogiosos y muestran la enorme confianza que tienen en Willy los usuarios de estas redes sociales en Kenia. "Eres un gran leader, doctor, porque luchas por lo que sabes que está bien y no te alteran los retos y los obstáculos que aparecen en tu camino. Eres realmente mi ejemplo a imitar", le decía Winnie Wivinnah en Facebook. O este otro comentario de Julius Mutegi: "Los kenianos sueñan que usted pueda ser su Moisés. Por favor, hágalo lo mejor que pueda. Corrupción y los codiciosos de nuestros diputados son la prioridad".
"Las expectativas (de la gente tras su nominación) son astronómicas. Mi estrategia también versa sobre administrar estas expectativas. He dicho a la gente que todo lo que puedo hacer en cinco años es construir unos cimientos firmes para una institución justa, independiente, imparcial y libre de corrupción que imparta justicia a todos los kenianos sin miedo ni favor; un poder judicial que implemente la (nueva) Constitución como una alianza que expresa la voluntad de la gente de Kenia. Estos cimientos deben ser permanentes, irrevocables e irreversibles". En realidad, el mandato de Chief Justice es de 10 años. Willy lo ejercerá durante cinco porque la Constitución dice que el máximo de edad para este cargo es 70 años y, aunque aparenta menos, Willy tiene ya 65.
Pero Willy no sólo tiene unos objetivos tan grandiosos como esas palabras y las expectativas del pueblo en su figura, sino que también empieza con medidas más concretas y que le son muy familiares. En agosto, compartió en Facebook una nota en la que decía (ya no está en esta web pero sigue en muchas otras): "Durante la última semana, he recibido preguntas de jóvenes abogados en Facebook y en Twitter sobre mi postura acerca de los pendientes y el atuendo apropiado en los tribunales de Kenia (…) Nuestra postura es que si los oficiales de la corte, tanto abogados como jueces, vayan elegantes, un pendiente -o incluso rastas- no van a estorbar para la administración de la justicia". De nuevo: imagínate en España a un juez con rastas y pendientes.
"La idea de justicia es mucho más grande que pendientes o rastas", me responde Willy. "Además, los que se oponen a los pendientes y a las rastas lo hacen llevados por estereotipos y prejuicios que además son anticonstitucionales".
Willy dice que ningún oficial del Gobierno le ha hecho ningún comentario sobre su uso de Twitter y Facebook. Y admite que el hecho de que sea tan "llano" y accesible y use estas tecnologías en cualidad de Chief Justice puede llevar a una banalización del poder judicial de cara a la gente que está acostumbrada a percibir la autoridad de un modo mucho más lejano y tradicional. "Esa posibilidad existe pero supongo que simplemente tendré que esperar y ver si puedo alcanzar mis objetivos o no", comenta. "Al final, tendré que ceder este rol a la institución cuanto tengamos trabajadores que se dediquen a la comunicación en las redes sociales".
Por el momento, Willy contesta todo tipo de mensajes, sobre todo en Twitter. Por ejemplo, un tal George le envió lo siguiente: "Hola Doctor, a mi sobrina la atropelló un coche conducido por un famoso, hace dos años y sin juicio". Willy le contestó: "¡Escribe al fiscal del Estado y ponme en copia!". O un tal Marvin: "Mi madre tiene un caso 'misc' 601 de 208 que lleva en el juzgado desde 2007. Ha desbaratado a mi familia y mi educación. ¿Puedes mirarlo por favor?" Y Willy: "Envía la cuestión a kbidali@yahoo.com", que no es su email sino el de la persona a quien corresponde tratar con ese caso. Y así en más ocasiones.
El tiempo dirá si Twitter y Facebook ayudan realmente a Willy Mutunga a cambiar las cosas, pero a mí me parece encomiable que esté ahí y que lo intente y a ver qué sale. Y, de nuevo: ¿te imaginas al presidente del CGPJ o del Tribunal Supremo contestando este tipo de mensajes en Twitter?
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