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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

¿Crisis del libro? No en Nairobi (1)

Navidad y Reyes suelen ser una buena temporada para el negocio librero en España, pero a pesar de eso, los establecimientos no pasan por un buen momento. Según cifras del año 2010 (pdf), de la Federación de Gremios de Editores de España, en dos años se redujo en un 5% la venta absoluta de libros, incluyendo los de texto, técnicos, manuales, de tapa dura… Pero contando sólo los de bolsillo, en su gran mayoría literarios, y de éstos casi todos novelas, su venta disminuyó un 20,6% de 2006 a 2010 (de 31 millones de ejemplares a 24,6).

La venta y lectura de libros digitales puede haber compensado algo estas pérdidas, aunque su facturación pasó de un mero 1,6% del total de libros vendidos en 2009 a un 2,4% en 2010. Quizá simplemente la crisis puede haber afectado a las librerías más que a otros negocios y puede que los libros vayan encaminados a convertirse en objetos 'de lujo'. Muchas están cerrando y no parece un buen momento para abrir una. Las que se atreven a hacerlo y las que sobreviven buscan soluciones como explorar un nicho particular, incluir cafeterías, ofrecer todo tipo de actividades complementarias o vender toda una serie de productos de 'parafernalia literaria'.

¿Por qué cuento todo esto? Porque aunque quizá no se corresponda con la imagen que algunos pueden tener de los países africanos, al menos en Nairobi las librerías son negocio redondo y en expansión. En el centro, en las superficies comerciales, en pequeños puestos callejeros y también en los barrios de chabolas: en Nairobi es posible comprar libros -y revistas y periódicos- casi en cualquier sitio. Y todas las librerías coinciden en que el negocio va bien y cada vez mejor. Aquí no hay crisis de lectura.

Librería en el centro comercial Village Market de Nairobi. (Foto: teachandlearn / Flickr)

Dipak lamenta que no puede realizar actividades en su establecimiento por falta de espacio y por la imposibilidad de que los clientes aparquen en el centro de Nairobi, donde el tráfico es literalmente una pesadilla. "Pero si pudiera, me gustaría organizar firmas de libros con los autores". Los libros más vendidos actualmente en su comercio son Rich Dad, Poor Dad, de Robert T. Kiyosaki y Long Walk to Freedom, de Nelson Mandela. En ficción, las novelas de John Grisham.

En el Sarit Centre, enorme centro comercial en la zona de Westlands, se encuentra una de las mayores librerías de Nairobi, perteneciente a la cadena Text Book Centre. "Lo que más vendemos es Africana", dice Margaret, una de las dependientas. "Y los que más los compran son los wazungu (personas blancas)". Africana son los libros que tratan temas africanos, ya sean ensayos, libros de historia, relatos periodísticos… normalmente también escritos por los otros wazungu. Una visita a casi cualquier piso o casa de personas blancas en Nairobi -en su mayoría trabajadores en ONGs o en agencias de la ONU, diplomáticos o periodistas- y un vistazo a sus estanterías confirma el apunte de Margaret.

"Los africanos, lo que más compran son libros de motivación, autoayuda y novelas y los (kenianos) indios compran muchos libros de cocina", continúa. En esta librería, el cliente tipo es joven y mujer y vienen tantos blancos como africanos. Aparte de los de Africana, los más vendidos en la actualidad son -aquí sí- la biografía de Steve Jobs y, de nuevo, Mandela y John Grisham, autores que parecen no tener rival. Los libros, en su mayoría importados del Reino Unido, cuestan desde unos 1.000 chelines hasta más de 3.000 según las ediciones (de unos 9 a más de 27 euros).

Niños en una biblioteca en el barrio de chabolas de Mathare. (Foto: Book Aid International / Flickr)

En la librería del mismo grupo en el centro comercial Junction se repite el esquema. Aunque señalan que aquí los 'wazungu' también compran obras de fotografías, como recuerdo o para regalar. Y que tienen muchos clientes musulmanes, sobre todo mujeres, que también se apuntan a los volúmenes de cocina.

La pasión por los libros en Nairobi llega a los barrios de chabolas, donde casi toda la población vive por debajo de la línea de la pobreza. En el Toy Market, un extenso mercado que bordea el barrio chabolista de Kibera, uno puede encontrar de todo: comida, ropa nueva y de segunda mano, muebles, CDs y DVDs piratas, recambios para vehículos, bolsos, juguetes, maletas, zapatos… Y, por supuesto, libros. En una esquina cerca del distrito de Makina en Kibera conviven varios puestos repletos de ellos. En un pequeño establecimiento de madera y chapa, Beatrice lee entre cliente y cliente. "El negocio va bien", dice sonriendo, "es por eso por lo que me levanto y vengo cada mañana". Beatrice abrió este negocio hace casi cuatro años. "Antes tenía trabajos casuales pero, cuando pude, puse la librería, era lo que siempre había querido". ¿Por qué una librería? "Porque me gusta leer", responde con sencillez.

Casi todos los del puesto son de segunda mano. Beatrice se los compra a particulares y a un negocio de libros usados del centro de la ciudad. Ella compra y vende novelas y libros de texto. Las primeras cuestan entre 250 y 300 chelines (entre 2,2 y 2,7 euros) y los escolares algo más, entre 300 y 400 (entre 2,7 y 3,6 euros). Parecen baratos pero resultan objetos de lujo para la gente del barrio, que de media ganan algo menos de un euro al día. Casi todas las novelas son bestsellers policíacos y de intriga o historias románticas, aunque también se ve un ejemplar de On Liberty (Sobre la libertad), de John Stuart Mill, uno de los tratados fundacionales del liberalismo político y económico. Comenta que las mujeres le compran más que los hombres y los jóvenes más que las personas mayores. Casi todos sus compradores son gente de Kibera. "La verdad es que apenas vendo a wazungu", dice mirándome divertida. (Continuará).

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