Hacer la guerra en 140 caracteres
“Los periodistas no son eunucos políticos pero sin integridad periodística, se plantearán dudas sobre la veracidad de sus informaciones engañosas y áridas”. Aunque a más de uno esto le pueda recordar las lecciones de ética periodística de la carrera y a pesar de su lenguaje algo rebuscado, en realidad estas palabras no vienen de un viejo profesor universitario: vienen de una milicia islamista radical.
Se trata de uno de los tuits recientes de Al Shabab, la milicia rebelde somalí que aún controla gran parte del país y lleva años enfrentada al Gobierno Federal de Transición de Mogadiscio (TFG) y a AMISOM, la misión de paz de la Unión Africana.
La cuenta responde al nombre de HSM Press Office, donde HSM significa Harakat Al-Shabaab Al Mujahideen, o Movimiento de los Jóvenes Guerreros. En la información sobre sí mismos dicen que HSM "es un movimiento islámico que gobierna el sur y el centro de Somalia y que forma parte de la lucha global para revivir el califato islámico". Su primer tuit, escrito en árabe, fue un verso del Corán: "En el nombre de Dios, el más misericordioso, el más compasivo".
En los últimos meses, Al Shabab ha sido acusada de empeorar la situación de hambruna en las partes de Somalia bajo su control. Y tras varios secuestros de ciudadanos europeos en Kenia —incluyendo a las españolas Blanca Thiebaut y Montserrat Serra—, las autoridades kenianas culparon a este grupo de estar detrás de los raptos e internaron su ejército en Somalia, aunque el objetivo real de la incursión parece estar planeado desde hace tiempo e ir más allá de la mera respuesta a los secuestros. Al Shabab ha negado en todo momento estar relacionada con los secuestros —también, ahora, en Twitter—.
Desde que el grupo abrió su cuenta el pasado día 7, su presencia en esta red social ha causado una gran sensación. En menos de dos semanas y con algo más de 100 mensajes breves, Al Shabab ha superado los 4.600 seguidores. Por su parte, la milicia no sigue a nadie en Twitter. Su autenticidad quedó demostrada por un email por HSM Press, hsm.press@yahoo.com, una dirección de correo que ya había demostrado ser parte de Al Shabab.
Resulta llamativo el uso de esta red social online por parte de un grupo que quiere imponer una versión radical del Islam en Somalia y que se ha caracterizado por el rechazo a prácticas consideradas occidentales. Al Shabab condena a mujeres adúlteras a morir lapidadas, corta las manos a los ladrones y algunas de sus facciones han llegado a prohibir el fútbol, la música, los sujetadores y afeitarse, además de no permitir a agencias y organizaciones occidentales que entreguen ayuda humanitaria en las zonas que ellos controlan. Datos a los que Al Shabab responde: “Los medios de comunicación occidentales llevan años inculcando opiniones despectivas contra el Islam en nuestras mentes y sois demasiado crédulos para cuestionar la información que os dan”.
Pero Al Shabab no sólo ofrece mini lecciones periodísticas gratis a través de Twitter, sino que la milicia usa su cuenta para contestar preguntas y dar su versión sobre la campaña militar que en la actualidad le enfrenta al KDF (el ejército keniano).
Un miliciano observa un edificio en ruinas en Mogadiscio (Foto: J.M.C.)
Además, en su Twitter, Al Shabab se ha dedicado a mofarse de los ejércitos somalí y keniano y ha entablado debates con el portavoz de éste último, el mayor Emmanuel Chirchir, algo más veterano a la hora de blandir los 140 caracteres permitidos por la red social, ya que él abrió su cuenta en octubre y lleva ya más de 11.000 seguidores.
Sin embargo, y al menos en este campo de batalla virtual, Al Shabab parece llevar la ventaja. Con un inglés impecable, elaborado y a veces vanidoso, el autor o autores de los mensajes de la milicia lanzan continuamente pullas contra Chirchir, el KDF, el TFG y AMISOM. Y también enlazan cualquier información en medios occidentales que les es mínimamente positivia y aprovechan para bromear sobre cualquier desliz que el portavoz keniano u otros cometen en sus mensajes.
El propio Chirchir abrió las hostilidades hace unos días: “Ahora que Al Shabab está en tweeter (sic), llevemos la lucha a la puerta de su casa, sigámoslos durante una semana y después los dejamos de seguir”. Y después: “Mensaje para Al Shabab. Se acaba el tiempo – rendíos, Huíd de Somalia, No tenéis planes para la gente de Somalia, el TFG prevalecerá”. Al Shabab respondió entonces con su lenguaje florido: “Se trata de un objetivo demasiado noble, ¿no cree? particularmente para hombres más acostumbrados al pillaje y a la extorsión que a la paz y a la seguridad”, en referencia al negativo historial de las tropas somalíes, normalmente mal pagadas y con escasa preparación.
Y la milicia continuó: “50.000 tropas etíopes no pudieron pacificar Somalia, ¿cree que unos pocos chicos kenianos desilusionados y poco dispuestos estarán a la altura?"
Más adelante, Chirchir sorprendió con un mensaje algo confuso: “Sea cual sea el nombre, se acabó el tiempo de cortar manos somalíes inovadoras (sic)”. A lo que Al Shabab respondió con ironía y sin dejar pasar el fallo ortográfico del portavoz keniano: “¿‘manos somalíes inovadoras(sp)’? ¡bastante desconcertante! ¿le importaría explicarse?”.
Chirchir replicó: “…la vida tiene más sentido que negar a las mujeres que lleven sujetador..RT [retuitea] en apoyo de las mujeres somalíes”. Y Al Shabab contratacó: “¡Como bombardear burros, se refiere! Su excéntrica estrategia de batalla tiene bastante preocupados a los grupos defensores de los derechos humanos, mayor”. En referencia a un tuit del propio Chirchir hace unas semanas, en el que declaró que sus tropas considerarían grupos de burros como un objetivo legítimo, ya que entendían que así era como Al Shabab transportaba armas.
Pero Chirchir no se dejó amedrentar: “la vida tiene más cosas que ofrecer que lapidar a una chica inocente…”. Y Al Shabab remató furiosamente: “¡Deje de andarse con rodeos y diga lo que realmente piensa, mayor! Sus comentarios invitarán a ridiculizarlo pero al menos muestre (o pretenda) coraje”. Y tras este tuit, Al Shabab recordó las masacres de 1984 en Wargalla y Garissa en el este de Kenia, en las que tropas kenianas están acusadas de haber matado a unas 3.000 personas de origen somalí.
El casco antiguo de Mogadiscio destrozado por los años de guerra (Foto: J.M.C.)
Tras estos enfrentamientos verbales, ambas partes siguieron tuiteando de forma más independiente. Y fue entonces cuando tuvo lugar el episodio más macabro: Al Shabab publicó las fotos y datos personales de 10 supuestos soldados burundeses de AMISOM que habrían muerto durante la guerra. Y lo hizo, según la propia Al Shabab, en respuesta a peticiones de las familias de estos soldados, que no habrían obtenido una contestación por parte del propio ejército burundés. Tras su publicación, la Unión Africana confirmó que estas imágenes eran reales.
En los últimos días, de nuevo ambas partes se han enzarzado en una batalla dialéctica. Chirchir reportó que en un enfrentamiento entre tropas del TFG y Al Shabab éstos habían abandonado su posición en Afgoye sufriendo muchas bajas. "Que hable HSM Press", concluía el tuit. A lo que Al Shabab respondió: "(...) rece por su frágil ejército que sigue abandonado en un terreno frío y pantanoso esperando para encontrar su waterloo". Y más adelante: "¡Sus muchachos son una grotesca parodia de ejército! Pueden superar por mucho a sus corredores de clase mundial. De hecho, 'corren como kenianos'", refiriéndose a los éxitos internacionales que los atletas kenianos de larga distancia han ido consiguiendo durante este año.
Pero, más allá de la curiosidad de asistir en directo a los enfrentamientos verbales entre los portavoces de Al Shabab y del ejército keniano, Twitter añade una capa más de confusión y desinformación en un conflicto ya de por sí complicado. Por su parte, el KDF apenas da información, Al Shabab no apoya sus reivindicaciones con pruebas y además el acceso al terreno es prácticamente imposible para los periodistas.
A pesar de sus ácidos e ingeniosos comentarios, Al Shabab se ha mostrado en ocasiones brutal en la administración de la justicia en los territorios bajo su control y no cuenta con el apoyo de al menos parte de la población. En agosto, refugiados somalíes en Dadaab y personas desplazadas por el hambre y el conflicto en Mogadiscio se quejaban de la dureza de las penas impuestas por Al Shabab y de que miembros de esta milicia les obligaban a pagar elevados impuestos sin ofrecer ningún ‘servicio público’ a cambio. Además, decían que no eran raras las palizas y el reclutamiento forzoso de jóvenes.
Parece que no es a estos ciudadanos somalíes, que en su mayoría no hablan inglés y no tienen acceso a Internet, a las que Al Shabab defiende con su uso ingenioso y sus burlas en Twitter. Lo que sí parece es que en la actualidad —invirtiendo la frase tal y como con la política— también Twitter se puede convertir en la continuación de la guerra por otros medios.
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