Obama al pavo de turno: "Yo te perdono"

Los familiares de Liberty y Peace no han tenido tanta suerte. Pavos de todos los rincones de Estados Unidos ocupan por estas fechas extensas áreas de los supermercados, envueltos en papel celofán, o están a punto de ser sacrificados para la fiesta con mayúsculas de la tradición norteamericana, que se celebra mañana y que da paso al único puente festivo que tienen los estadounidenses: Acción de Gracias.

Pero Liberty -19 semanas, 20 kilos- y Peace (este último como pavo sustituto en caso de que alguna desgracia le suceda a Liberty) se han librado del cuchillo y acabarán sus días en la hacienda Mont Vermont (Virginia), gluguteando, hasta que mueran de viejitos en el que fuera el hogar del primer presidente de la nación, George Washington.

"Yo te perdono", ha declarado el presidente Barack Obama que honestamente parece disfrutar, junto a sus hijas Sasha y Malia, de esta tradición. Levantado su mano en gesto de emperador, el presidente regalaba su mejor sonrisa a la cohorte de periodistas que sin falta cada año concurre a cubrir tan simpático -y bobalicón- acto.

El día no podía estar más desapacible en la capital de la nación. Viento racheado, lluvia, frío. Y aún así el ambiente es agradable, la gran fiesta laica estadounidense se celebra mañana y todo son parabienes y dar gracias. "Recordemos a los que tienen menos", ha pedido el mandatario. "Demos gracias por lo que tenemos y gracias a todos aquellos que no pueden estar con sus familias porque sirven a un bien mayor en el Ejército", ha dicho Obama, como cada año.

"Sé que los tiempos son duros", ha reconocido el presidente en un momento difícil de su mandato y difícil para la nación, con la economía todavía renqueante. "Pero sabemos cuidarnos entre nosotros y somos conscientes de lo que tenemos y de que vivimos en el mejor país de la tierra", ha concluido.

Como cada año desde al parecer los tiempos de Harry Truman -allá por 1947- , la Casa Blanca recibe uno de estos animales -nada suculento como manjar, por otro lado- por parte de la Asociación Nacional del Pavo. Pero fue Bush padre el que primero decidió indultar a uno de ellos hace ya más de 20 años porque de lo que Truman hizo con el suyo no hay documento gráfico y bien pudo acabar en los estómagos de la familia presidencial.

Se sabe que John F. Kennedy -de cuya muerte en un atentado en Dallas ayer se cumplían 48 años- salvó del cuchillo al pavo, pero no le perdonó. Sin duda, los Bush y Clinton han sido los más compasivos. En 1989 Bush padre certificó que el perdón pasaría a formar parte de la tradición y añadió un viaje en primera del afortunado palmípedo a Disneylandia -ya fuera Florida o California-, para acabar sus días en un escenario Disney. Clinton siguió sus pasos, pero estos últimos años Obama los ha estado mandando manda algo más cerquita y en coche, a Virginia. Por aquello de la crisis.