Expedición a Tanzania: Tras la huella de Félix Rodríguez de la Fuente
Estas últimas semanas hemos estado hablando mucho del Cuerno de África para alertar contra la grave crisis humanitaria que asola esta región. Pero no tan lejos del tremendo desastre se encuentra lo que es conocido como la cuna de la humanidad: enclaves increíbles con culturas ancestrales donde se cree que nacieron los primero homínidos. Esta fue el África que inspiró a Felix Rodríguez de la Fuente, un visionario que lucho por la naturaleza a través de su experiencia y la divulgación de su conocimiento.
En esta línea la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente propone un fascinante viaje a África, del 2 al 11 de septiembre, de la mano del arqueólogo, naturalista y guía de expediciones Jordi Serrallonga. Un concepto diferente para que los expedicionarios puedan conocer y revivir la intensa atracción que Félix sentía por el continente africano y, concretamente, por Tanzania, recorriendo su incomparable marco escénico y entrando en contacto con las etnias, yacimientos arqueológicos, faunas y paisajes que definieron la imborrable huella de Félix en África.
A continuación les presentamos el viaje al África de Felix por Jordi Serrallonga y la Fundación Felix Rodriguez de la Fuente.
Imagen extraida dehttp://felixenafrica.blogspot.com
La primera parada es el Sinya y, a las faldas del Kilimanjaro, el territorio de los elefantes que deambulan entre las llanuras de Kenia y Tanzania; los mismos paquidermos que captaron la atención de Félix. También están ahí los poblados Masaai, los guerreros y ganaderos nómadas que tanto fascinaron al naturalista, y sus antiguos asentamientos arqueológicos. El periplo continua hasta los pies del volcán Merudonde y, en el Parque Nacional de Arusha, se adentra en el contexto ecológico que caracterizó la aparición de aquellos homínidos que precedieron a los Homo de la sabana: los australopitecos.
Los viajeros conocerán la Gran Falla del Rift –una cicatriz que cruza África desde el Mar Rojo hasta Mozambique–, un accidente geográfico sin el que hubiera sido imposible la génesis de los grandes lagos alcalinos así como la aparición de los primeros homínidos que, viéndose desprovistos de la cobertura vegetal, abandonaron la seguridad de los bosques para aventurarse en las sabanas. En uno de estos lagos se encuentra el parque nacional de Manyara, donde Félix quedó intrigado por una curiosa conducta de descanso de los leones: dormir en lo alto de los árboles.
Otro de los puntos álgidos del viaje es dormir a los pies del Ngorongoro y remontar su cresta por la mañana para descender hasta el interior de la gigantesca caldera: un circo natural de más de veinte quilómetros de diámetro, cuyos diversos ecosistemas Félix plasmó en blanco y negro en una de sus películas en 16 mm.
El viaje sigue hasta los yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la Garganta de Oldupai, en los que han sido descubiertos tesoros clave de la evolución humana.
A continuación, los viajeros se adentrarán en las sabanas de Ndutu y Masek, que conquistaron el alma y corazón de Félix para siempre. Observando el comportamiento de los perros salvajes africanos, los licaones, fue allí donde el naturalista se encontró, por casualidad, con otro colosal divulgador de la fauna: Hugo van Lawick. Los lagos de Ndutu y Masek forman parte, desde un punto de vista ecológico, del ecosistema del Serengeti: el escenario de la gran migración que en los tiempos de Félix, tal como él mismo describió en los años 60, solo movía medio millón de animales debido a la amenaza constante de extinción para los ñus y cebras. Hoy, gracias a la labor de conservación realizada en los parques nacionales de Tanzania, los expedicionarios podrán observar migraciones que superan de largo los dos millones y medio de individuos.
El viaje incluye al final un vuelo sobre África en avioneta. Una experiencia que, como dijo Karen Blixen, es 'el mejor de los regalos'.
Encontrarán más información sobre el viaje en http://xurl.es/viaje_africa.
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