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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

4-La escuela de la calle

Anatxu Zabalbeascoa

FOTO: StepienyBarno (Elemental)

Escena uno, en cada vez menos calles:

“Los niños se ensucian en los charcos, escriben con tiza, saltan a la cuerda, patinan, juegan a las canicas, trotan, charlan, intercambian cromos, juegan a la pelota, desmantelan viejos cochecitos de bebés, fabrican un coche con cajas de cartón, trepan por las verjas, corren arriba y abajo… sin darle ninguna importancia. Buena parte de su encanto reside en la sensación de libertad para corretear por las aceras, que es algo muy diferente de ser encajonado en una reserva. Si estas cosas no se hacen casual y accesiblemente, casi nunca se hacen”.

Los arquitectos y urbanistas parecen no darse cuenta del alto porcentaje de adultos necesarios para criar a los niños en sus juegos informales. Tampoco parecen comprender que los espacios y las instalaciones no los crían. Pueden ser complementos, pero solo las personas educan a los niños y los integran en la sociedad civilizada. La lección de que los residentes de una ciudad han de aceptar una cierta responsabilidad respecto de lo que ocurre en la calle la aprenden los niños en las aceras. “La presencia o ausencia de ese señorío callejero en los niños de una ciudad da una idea de la presencia o ausencia de un comportamiento responsable de los adultos para con las aceras y los niños que las usan”, consideró Jacobs.

Escena dos: la cultura en la calle, Temporada gratuita de Shakespeare en Central Park:

“El ambiente, el tiempo, el color, las luces y la curiosidad los atrajeron: muchas personas no habían visto nunca una representación teatral. Cientos volvieron una y otra vez, un amigo nos dijo que un grupo de niños negros le dijo que habían visto Romeo y Julieta cinco veces. La vida de estos conversos se ha ensanchado y enriquecido, así como el público del teatro del futuro. Espectadores como estos, nuevos en el teatro, no pagarían por una experiencia que no saben si les resultará agradable”.

 “Necesitamos el arte sobre todo para tranquilizarnos respecto a nuestra propia humanidad”: ver orden y no caos en los sistemas complejos requiere entendimiento. La complejidad y la vitalidad de uso dan a las diferentes partes de una ciudad una estructura. La sugerencia –la parte por el todo- es el medio por el que el arte comunica.

Comentarios

Pertenezco a una generación criada por y para la calle. Siento que pertenezo a ella y viceversa. Desconozco si a día de hoy, los niños de mañana no sientan como suyo el espacio público tanto en sus derechos y disfrute como en sus obligaciones y responsabilidades.
Al respecto: La Ciudad de Los Niños, Francesco Tonucci "Frato", Ed Fundación Germán Sánchez Rodríguez (El Árbol de la Memoria).
Ando preocupado por el momento en que conviene dejar a nuestros hijos que recorran solos el camino hasta su colegio; considero que alrededor de los 9 años ya es edad suficiente. Se trata de un gesto que les beneficia en su confianza personal y también en su relación con el espacio público urbano, su Ciudad: han de tomar la calle como ciudadanos que son. Noto a muchos niños que no saben caminar ni estar en un lugar público sin la presencia de un adulto a su lado; educados en el terror, no serán buenos ciudadanos.Hay un muy buen comentario en video de Francesco Tonucci, autor de la ciudad de los niños, que propone los caminos escolares y otras visiones creativas de lo urbano. Un descubrimiento.
Gracias Chema La Paz y José Antonio Garcés. Para quienes tengan media hora, he aquí una conferencia inolvidable de Tonucci: http://video.google.com/videoplay?docid=-4757912611382553908# Saludos.
En mi niñez, a pesar de ser de Bilbao, podíamos jugar en la calle.Los juegos en la calle, parques, patio del colegio, etc los organizábamos nosotros: los mayores, el amo del balón, los que traían los iturris, ... .Os recomiendo que veais la película Bebés, y podreis comprobrar todo lo que ha "ganado" nuestra civilización.

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